UNIDAD MÍNIMA

En las distintas disciplinas académicas la idea de la “unidad mínima” es importante. En la lingüística, por ejemplo, el concepto es esencial. El fonema (la letra) es la unidad mínima de diferenciación. Lo podemos ver en las dos palabras “atar” y “asar”; los fonemas “t” y “s” diferencian una de las palabras de la otra. Si escribo “a-ar” en una orden, como “a-ar el borrego”, el que recibe la orden quedará perplejo; no sabrá que hacer. Hay muchos ejemplos: casa/ tasa, jalar/talar, si/su, tachar/talar, etc.
En la física y la química, también el concepto es importante. El tomo (de a-tomo, “no-divisible” – aunque ya sabemos que se pude dividir el átomo) es una unidad mínima. El agregar o quitar un átomo de una molécula la convierte en una sustancia totalmente diferente.
El matrimonio es una unidad mínima. Es la unidad mínima de sociedad – no de la sociedad, solamente, sino “de sociedad”. El matrimonio es la esencia de sociedad, y esencial a la familia, que es el núcleo de la sociedad. Otra manera para decirlo es “el matrimonio es la unidad mínima de comunión”. En este sentido Dios habla de la comunión que su pueblo tiene con Él en términos de matrimonio.
No son ya más dos, dice Jesús, sino los dos son una sola carne. Es obvio que aquí Jesús habla de una unidad. El énfasis está en el hecho de la unidad. En cuanto a las relaciones humanas no es posible una unidad más básica. Para ser sociedad esta es la unidad mínima.
La amistad no hace la unidad, por muy estrecha que sea, ya que se puede hacer en grupo, o entre varias personas. Ponerse de acuerdo o hacer contrato tampoco lo hace, pues esto acentúa la individualidad y pone los derechos o deseos de uno contra los del otro, y pueden hacerse también entre tres, cuatro, o más personas. La unidad, la unión, tiene que ver con el matrimonio, se hace entre dos, y solamente dos personas.
Por eso, la familia se basa en el matrimonio. La unidad básica de la familia es el matrimonio, de hecho es la unidad mínima de la comunión que puede (y debe) caracterizar a la familia. La familia no puede basarse en la amistad o en un contrato, pues ellos no son unidades mínimas., (aunque, por supuesto, debe haber amistad y acuerdo en el matrimonio). Los cristianos, para glorificar a Dios, y para ser bendición a nuestra cultura, tenemos que pensar en el matrimonio como “unidad mínima” y ponerlo por obra.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo domingo 11 de Junio 2023.

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