Sed benignos unos con otros – Efesios 4:32

Meditación sobre Efesios 4:32 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Muy buenos días, en este día me da mucho gusto enviarles un muy cordial saludo y doy gracias a Dios porque nos permite continuar con nuestra quincuagésima séptima meditación sobre el libro de los efesios y el día de hoy vamos a poner nuestra atención en el versículo 32 del capítulo 4 pero antes voy a leer los versículos del 29 al 32 que dicen de la siguiente manera:

29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

El jueves pasado al analizar el versículo 31 encontramos que claramente menciona seis calificativos característicos del viejo hombre que a su vez son actitudes o acciones desagradables, que deben ser erradicadas por completo de los miembros de la familia de Dios que son:

1.- Quítense de vosotros toda amargura

2.- Quítese todo enojo,

3.- Quítese toda cólera e ira

4.- Quítese toda gritería

5.- Quítese toda maledicencia y

6.- Quítese toda malicia

Y en el libro de los Efesios Dios no solo nos ordena dejar estas actitudes no cristianas, sino que también nos ordena la adquisición y el desarrollo de nuevas actitudes totalmente opuestas a éstas.

Y por ello el versículo 32 nos dice

 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Y aquí encontramos tres mandatos positivos, en los que vamos a poner nuestra atención.

1.- El primero dice sed benignos los unos para con los otros, es decir, compasivos.

2.- Sed misericordiosos y

3.- Perdonándoos unos a otros

Y el primer mandato es sed benignos los unos con los otros

Y el adjetivo benigno de acuerdo a la Real Academia Española significa Afable, benévolo, piadoso

Y la benignidad también es aquella gracia de benevolencia impartida por el Espíritu Santo, que es totalmente opuesta a la malicia o maldad mencionada en el v. 31.

Ahora bien, en cuanto a la benignidad, la Biblia nos dice que Dios es benigno en Lucas 6:35 que dice: Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.

La benignidad también es una característica del amor y 1 Co. 13:4 dice: 4 El amor es sufrido, el amor es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;  

Ahora bien, además de ser benignos unos con otros este versículo nos da un segundo mandato que dice:

 Sed misericordiosos

El adjetivo misericordioso de acuerdo a la Real Academia Española significa que se conduele de los trabajos y miserias ajenos

Nuestro Señor Jesucristo nos perdonó y nos ordenó ser misericordiosos y dijo: en Lucas 6:36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso

Y Colosenses 3:12 dice que dos de las características de las vestimentas de los escogidos de Dios son la misericordia y la benignidad y dice:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;

En resumen: como miembros de la familiar de Dios es nuestro deber ético ser misericordiosos, y el tercer mandato que encontramos en este versículo dice:

perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

FF Bruce dijo: la Amabilidad mutua, la compasión y la disposición para perdonar son tres cualidades que deben caracterizar a los cristianos.

Y ya que estas cualidades caracterizaron a Cristo, esta es la razón principal por la cual los hijos de Dios debemos mostrarlas.

En cuanto al amor y el perdón, Jesús dijo en Lucas 6:35

Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos

Y como el jueves pasado ya hablamos de la importancia del perdón para evitar el resentimiento y la amargura, ahora vamos aponer nuestra atención en la forma en que este versículo nos ordena perdonar y dice:

perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.

Y aquí no solo nos pide que perdonemos, sino que lo hagamos de una cierta manera, esto es como Dios nos perdonó

Y ¿de qué manera nos perdonó Dios?

 Cuando Jesús estuvo en la cruz del calvario pronunció unas palabras de perdón que siempre nos van a asombrar y van a resonar en nuestros oídos ya que en Lucas 23:34 dijo:

34 Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.  

Y el mandato que tenemos aquí es que perdonemos de una manera libre, generosa, profunda, espontánea, y entusiasta.

Y aunque alguno puede quejarse de que le cuesta trabajo perdonar una ofensa, nos queda perfectamente claro que todos los insultos e injurias que nosotros hayamos sufrido a causa del pecado de nuestro prójimo jamás podrán ser comparadas con las ofensas que Cristo sufrió en la cruz, del Monte Calvario

El cual, además de que nunca cometió pecado, tuvo que soportar: el ser escupido, vilipendiado, coronado con espinas, crucificado. Y a pesar de todo ello, ¡otorgó su perdón! Y al hacerlo nuestro Señor y Salvador nos dejó un increíble, tremendo y majestuoso ejemplo a seguir

Y nuestro Señor Jesucristo nos enseñó a orar diciendo:

Perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a los que ofenden”

Por ello no podemos ni buscar ni gozar del perdón de Dios si no estamos dispuestos a perdonar a los demás

Y 1 P. 2:21–25 nos ordena que sigamos sus pisadas y dice:

21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Y una de las formas de seguir las pisadas de Cristo es imitando la forma en que perdonó a los que le hicieron daño y le crucificaron

Termino repitiendo el versículo en el que pusimos nuestra atención el día de hoy que dice:

32 Antes 1.- sed benignos unos con otros, 2.-misericordiosos, y 3.-perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Al final del texto de esta meditación se encuentra la liga electrónica de las 56 meditaciones del libro de los Efesios que llevamos hasta el día de hoy

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