La verdad os hará libres – Juan 8:31-36

Meditación bíblica sobre Juan 8:31-36 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Introducción

«La verdad os hará libres» es un frase que nos puede parecer familiar.
Es un dicho común en los círculos académicos que quieren promover la libertad académica y el poder del aprendizaje. Muchas universidades tienen esta declaración estampada en un letrero cerca de la entrada de su campus.
En muchas publicaciones y en diversos espacios hemos visto y leído estas palabras, que fueron pronunciadas por Jesús cuando discute con los líderes religiosos judíos.
En el video anterior reflexionamos sobre el contexto y circunstancias en que Jesús pronunció estas palabras.

Esta declaración de Jesús no tiene nada que ver con el aprendizaje en el salón de clases.

Juan 8:32 habla de una forma de conocimiento superior a la que se puede aprender en un salón de clases. Es el conocimiento de «la verdad».

Jesús no se refería a cualquier tipo de verdad, ni a cualquier concepto o práctica de libertad.

Jesús no solo era el portavoz de la verdad sino la verdad misma.
En Juan 14:6 leemos :
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.»

Dice que sus verdaderos discípulos conocerán la verdad, y ese conocimiento implica que sus ojos se abren a una mayor comprensión de la verdad.

Para ser un discípulo de Jesús, uno debe permanecer en Sus enseñanzas, plasmadas en la Escritura.

Ser libres

La verdad que reciben los discípulos de Jesús trae consigo la libertad.

No se refiere a ser liberados de la condenación eterna, sino a ser liberados de la esclavitud del pecado, como lo afirma en los versículos 33-36.

En ese momento de la historia, los judíos estaban bajo el dominio del gobierno romano.
Roma les dio mucha autonomía, pero -a pesar de ello- tenían constantemente la presencia romana a su alrededor en forma de soldados, gobernadores y reyes que el imperio les asignaba.

Sin embargo, cuando Jesús dijo que la verdad los haría libres, no se refería a la libertad política, que era lo que esperaban eso líderes religiosos.
Jesús mismo nos da la clave para entender de qué libertad está hablando, cuando en el verso 34 explica:
«De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado».

Ser esclavo del pecado es la esclavitud máxima.

La libertad que ofrece Jesús es una libertad espiritual, ser liberados de la esclavitud del pecado. Liberarnos de un estilo de vida dominado por el pecado.

En el verso 35 continúa diciendo:
«Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.»

No eran miembros de la familia de Dios, a pesar de ser descendientes de Abraham, porque eran esclavos del pecado.

Si llegaran a ser discípulos de Jesús, conocerían la verdad de su condición y la verdad acerca de Cristo, y Jesús los liberaría.

Los creyentes serían liberados de su esclavitud y llevados formar parte de la familia de Dios.

Jesús es la Verdad (Juan 14:6).

Conocer la Verdad lo pondrá a uno en libertad: libre de pecado, libre de condenación y libre de muerte,

Los incrédulos están esclavizados al pecado, y si no creen en Jesús antes de morir, entonces van a la tumba siendo esclavos.

Cuando una persona llega a la fe en Cristo Jesús, ya no es esclavo del pecado.

Pero para experimentar esa libertad, el creyente debe permanecer en Cristo Jesús y en Sus enseñanzas.

Termino esta reflexión leyendo Romanos 6:17-23

17 Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. 18 En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia.
19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. 20 Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. 21 ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! 22 Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Video anterior:

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