Madurez Espiritual – Parte 3 – 2 Pedro 1:5-8

Meditación bíblica sobre 2 Pedro 1:5-8 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Introducción

Hemos estado estudiando el pasaje de la Escritura que se encuentra en 2 Pedro 1:5-8
Nuestro punto focal ha sido la madurez espiritual.

La madurez espiritual es un proceso a través del cual un creyente avanza durante su vida para para llegar a ser más como Jesús.

Desde el momento que somos salvos, todo cristiano comienza un proceso de crecimiento espiritual cuya meta es llegar a ser espiritualmente maduro.

Según Pablo, es un proceso que está en curso y continúa durante toda nuestra vida.

La palabra de Dios claramente enseña que Dios quiere que seamos cada vez más como Jesús.

En Romanos 8:29 (NVI) podemos leer lo siguiente:
«Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.»

Dios quiere cambiarnos para reflejar la imagen de Jesús, eliminando todo lo que no lo honra y reemplazándolo con lo que a Él le es agradable.

La madurez espiritual consiste, pues, en reflejar el amor de Cristo en amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio (como vemos en Gálatas 5:22-23).

Estos son los atributos de Dios, el fruto del Espíritu y algo que todo cristiano debería desear. Esa es la manera de caminar con Él en cada paso que damos en nuestra vida.

En los videos anteriores de esta serie vinos que el pasaje que estamos estudiando nos da una lista de atributos o rasgos que debemos cultivar para que seamos fructíferos en nuestra vida, como producto de ese crecimiento y madurez espiritual.

Esos atributos o rasgos son:
Fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor.

Ye hemos hablado de los dos primeros de esos rasgos: FE y VIRTUD.

El tercer rasgo que menciona el apóstol Pedro es:

CONOCIMIENTO

El conocimiento que debemos adquirir es acerca de Jesucristo y lo que Él espera de nosotros, lo que le agrada, porque dice en 2 Pedro 1:3,

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,

Es decir, el conocimiento de Cristo Jesús.

En Mateo 4:4, Jesús al ser tentado dice a Satanás:

«Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.«

Es decir, debemos tener conocimiento de «toda palabra que sale de la boca de Dios«. La Palabra de Dios nos alimenta -nos da los nutrientes necesarios- para ir creciendo en este conocimiento.

En 2 Pedro 3:17,18 dice que para poder mantenernos firmes y no ser arrastrados por ideas erróneas es necesario que crezcamos. Y lo dice de la siguiente forma:

«Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.»

Muchas personas en nuestra sociedad tienen conocimiento acerca de Jesús, pero no entienden lo que Él espera de ellos.
Eso suele ser debido a que no conocen mucho de Jesús, y lo que conocen lo conocen a través de los medios, redes sociales, películas, todo tipos de libros, novelas, etc. pero dejan de lado la Escritura. Simplifican ese conocimiento y lo endulzan para hacerlo «más agradable», dando entonces entrada a ideas y filosofías que son humanas, que parecen buenas y morales, pero no llegan a darnos a entender lo que realmente Dios espera de nosotros.

¿DE DÓNDE VIENE ESE CONOCIMIENTO?

El tipo de conocimiento que menciona aquí Pedro, viene a través de la madurez espiritual.
Tener el verdadero conocimiento de Dios nos ayuda a identificar y a rechazar falsas enseñanzas.
En Proverbios 9:10, leemos:
«El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.»

También el apóstol Pablo nos enseñó acerca de ese conocimiento.
En Colosenses 1:9-10, dice
«9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;»
Aquí, Pablo oraba para que los Colosenses fueran «llenos del conocimiento de su voluntad» diciendo que ese conocimiento sería esencial para que anduvieran «como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios»

El conocimiento de Dios sólo puede tenerse estudiando constantemente la palabra de Dios.

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