TODAVÍA EXISTE

Ninguna organización humana ha existido tanto tiempo que el pueblo de Dios. Esto es, el pueblo de Dios que se revela en la Biblia. Es el Dios que se nombró a sí mismo y se dio un Nombre lleno de significación, ya que es un nombre de relación, es decir, además de designar el ser que es, nos dice algo acerca de cómo es. Es el nombre del pacto. Ese nombre es Jehová (algunos piensan que se debe pronunciar como “Yahveh”, que, aunque pueda ser correcto no es más que especulación). Lo importante es el significado del nombre, que es “yo soy el que soy. Se identifica como el Dios que se relaciona con su pueblo por su Palabra, por su promesa. Y este pueblo todavía existe.

No es que faltaban enemigos de Dios. Éstos sobraban, y había muchos intentos para acabar con este pueblo. Había muchos enemigos, según la manera que los historiadores cuentan los enemigos. Sin embargo, sabemos que fueron todos siervos del enemigo de Dios, que no puede quedar contento mientras haya aquellos que sirven y glorifiquen a Dios. El número de estos siervos del enemigo, enemigos   ellos mismos, buscaban maneras para destruir el pueblo de Dios, a través de toda su historia, hasta ahora, porque este pueblo todavía existe.

En el Antiguo Testamento podemos ver ya, que este pueblo es el sentido de la historia. Dios prometió a Abraham que, de su descendencia, de este pueblo, del pueblo que Dios formaba con Abraham, iba a dar al mundo aquel en quien todas las naciones serían benditas. Se ha de esperar, entonces, que este pueblo, pueblo que tenía esta misión tendría que mantener su existencia. Por supuesto, no es el pueblo mismo que mantiene su existencia, sino el mismo Dios del pacto, el Dios de la promesa, mantiene la existencia del pueblo. Las numerosas victorias en el éxodo, la lucha con los filisteos, con los otros pueblos y aun con Nabucodonosor, el rey de Babilonia es prueba de ello. Por eso, y solamente por eso, el pueblo de Dios existía a través del Antiguo Testamento. Lo maravilloso es que este pueblo todavía existe.

En la providencia de Dios hubo grandes cambios en el pueblo en los tiempos del Mesías, su venida y su ministerio. Pero, en una forma nueva, más universal y dinámica, el pueblo de Dios ocupa el centro de la historia. Muy pocos o saben, y los que no son del pueblo lo niegan, sin embargo, sigue cumpliendo con los propósitos de Dios, bajo la protección y providencia del mismo Dios. Es importante insistir. Además, tenemos que vivir esta verdad: el pueblo de Dios todavía existe.

Nosotros somos de este pueblo. El pueblo es internacional. Está presente en todo el mundo. El enemigo sigue buscando maneras para destruir este pueblo. Le aflige con persecuciones y problemas internos. Le da muchas enfermedades espirituales, le falta adecuada alimentación en muchos lugares.  La situación de pueblo de Dios en muchos lugares es precaria, inestable y peligrosa. Con los creyentes en todo en el mundo somos el pueblo de Dios. No podemos olvidar a los demás. Tenemos que ayudarlos y necesitamos su ayuda. Pero, siempre recordamos esto: El pueblo de Dios todavía existe, y existirá hasta después del fin del tiempo.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo domingo 8 de Octubre 2023.

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