¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 14

Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Hoy seguiremos con el tema de cómo pastorear el corazón de nuestro hijo. Hemos hablado de la comunicación y de todo lo que implica, así como el uso bíblico de la vara. Ahora hablaremos de cómo estos dos métodos apelan a la conciencia del niño. La corrección y la disciplina deben hacer una marca en la conciencia de los hijos.

Dios ha dado a los niños la capacidad de razonar para distinguir entre el bien y el mal. El apóstol Pablo nos recuerda que aquellos que no tienen la ley de Dios, muestran los requisitos de la misma, están escritos en sus corazones cuando obedecen la ley y se acusan o se excusan en sus pensamientos por medio de sus conciencias. Romanos 2: 12- 16.

Esta conciencia dada por Dios es su aliado en la disciplina y la corrección. Sus más poderosas súplicas serán aquellas que alcanzan la conciencia pues cuando la conciencia ofendida se despierta, la corrección y la disciplina encuentran su blanco.

Hay dos ilustraciones que demuestran este punto en Proverbios 23: 13-14 dice:

“No rehúses corregir al muchacho porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara y libraras su alma del seol”.

En estos versículos se habla de la vara y, antes de la corrección así la vara no es lo único para hacer uso de, hay otro y es el llamado a la conciencia.

Al leer este capítulo podemos notar los intensos ruegos:

No tenga tu corazón envidia de los pecadores” v. 17

y endereza tu corazón al camino” v. 19,

Oye a tu padre, aquel que te engendró” v. 22,

Compra la verdad y no la vendas, la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia” v.  23,

dame hijo mío tu corazón” v. 26.

Podemos notar los tiernos ruegos que apelan a la conciencia. Salomón no es suave con la vara, sin embargo, la vara tiene sus limitaciones, sabe que la vara llama la atención, pero la conciencia debe ser arada y sembrada con la verdad de los caminos de Dios.

Otro ejemplo muy gráfico del llamado a la conciencia lo encontramos con Jesús y los Fariseos en Mateo 21: 23, El sumo sacerdote y los ancianos desafían la autoridad de Dios y Él responde con la parábola de los dos hijos, dice

Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.  Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. Mateo 21: 28-32.

Al final de la parábola, Jesús les hace una pregunta dirigida a sus razonamientos acerca del bien y del mal y ellos contestan correctamente. Entonces Jesús les dice una parábola más, la de los labradores y el dueño de la viña Mateo 21: 33-46

“Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.

Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos. Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque este le tenía por profeta.”

En esta parábola Jesús apela a su sentido del bien y el mal y a sus conciencias; “Cuando venga el Señor de la viña, ¿qué hará con ellos?

Al hacer su juicio, ellos juzgaron correctamente, entonces les demuestra que ellos se han acusado así mismos. El versículo 45 dice: “Entendieron que hablaba de ellos”.

Cristo apela a sus conciencias para que ellos no puedan escapar de las implicaciones de sus pecados, y de esta forma, Él trata los problemas de raíz, no solamente con los asuntos superficiales.

La pregunta que ellos le hacen: ¿Con qué autoridad haces estas cosas y quién te dio esta autoridad? Claramente era un reto a su autoridad, la respuesta de Jesús marcó la línea de batalla pues afirmó que su autoridad venía de Dios. Mientras que ellos no se arrepientan, el reto a la conciencia hizo su marca. Ellos sabían que hablaba de ellos, pues se acusaron.

Esta es la tarea que, como padres al pastorear a los hijos, se bebe hacer énfasis sobre la apelación a la conciencia, y llevar la corrección más allá de la conducta, debe tratara con el corazón al exponer el pecado y apelara a la conciencia, siendo esta el adjudicador del bien y del mal dado por Dios.

El foco central de la crianza es traer a los niños a una evaluación sobria de ellos mismos como pecadores, y entienda la misericordia de Dios ofrecida por Cristo como sacrificio por los pecadores, y ¿Cómo se logra? Se enfrenta el corazón como la fuente de la conducta y la conciencia, como el juez dado por Dios en cuanto a lo correcto y lo incorrecto, por lo cual la cruz de Cristo será el enfoque central de su crianza.

Los niños verán que ellos pueden hacer todo lo que Dios demanda si lo hacen en el poder de la obra y gracia de Jesucristo, su conducta será transformada, pues nace de un corazón que ama y confía en Dios, y busca darle gloria. Ciertamente esto no es algo natural ni para los niños, ni para los padres.

La disciplina expone la incapacidad que tiene un niño de amar a su hermana de corazón o de preferir a otros antes que a el mismo, la disciplina les guía a la cruz de Cristo, en donde el pecador es perdonado y donde si viene con arrepentimiento y fe es fortalecido para vivir una vida nueva.

La corrección y el pastoreo enfoca do únicamente en Cristo hará que el niño que se ha extraviado y ha experimentado la convicción del pecado encuentre esperanza, perdón, salvación y poder para vivir.

Preguntas de reflexión:

  1. ¿ante quién se siente culpable cuando su hijo peca?
  2. ¿cómo mantiene a sus niños enfocados en el hecho de que la obediencia a los padres está basada en un mandato de Dios?
  3. ¿enfoca su corrección y dirección en la conducta o en las actitudes del corazón?
  4. ¿Cuáles beneficios vienen tras apelar a la conciencia en vez de enfocarse en la conducta?
  5. ¿le grita usted a sus hijos de tal manera que le resulta imposible detenerse y orar para que Cristo le ayude?
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