Apostasía: el desprecio a la obra de Cristo – Hebreos 6:1-6

Meditación sobre Hebreos 6:1-6‬‬ por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.

El escritor de Hebreos nos exhorta a la perfección pues ya tenemos el conocimiento del bien y del mal y sobre todo, la imagen ha seguir que es  Cristo  Jesús, nos llama a no ser perezosos en el estudio constante del Evangelio de Cristo Jesús, a no ser pasivos, pues si solo nos dedicamos a escuchar  y no a vivir conforme lo que hemos estudiado, no seremos hacedores de la palabra de Dios, esto en ningún momento se puede considerar como si el escritor quisiera decirnos que la  Salvación se pierde, no de ninguna manera, más bien que se debe trabajar en nuestra santidad porque ahora somos santos por medio del Señor Jesús, nadie pierde lo que no  tiene.

En ningún momento debemos desviar la mirada en Cristo pues Él cumplió todo lo ceremonial del Sacerdocio Levítico del Antiguo Testamento.

El escritor se dirige a aquellas personas que han profesado tener fe en Cristo y que dicen ser creyentes, pero que han recaído, pues quieren volver atrás cuando Jesús ha cumplido cabalmente lo que dijeron los profetas quienes declararon que cuando viniera el Mesías, obraría, realizaría milagros y sería tan poderoso en palabra como lo fue Moisés, veamos que dice al respecto Deuteronomio 18: 15-19

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.

Moisés da a conocer la promesa de Dios de que les levantaría un profeta y este es Jesús.

Jesús cumplió desde su encarnación todas las ceremonias de la Ley que señalaban su advenimiento, su naturaleza divina, oficio y milagros, y nos hizo coherederos de las Riquezas Celestiales, nos dió la oportunidad de distinguir el bien y el mal, por eso debemos ir siempre hacia adelante en la carrera de la perfección la cual no ganaremos por mérito propio, sino por que hoy vive el Espíritu Santo en nuestros corazones.

No podemos darnos el privilegio de descansar pretendiendo llegar a ser adultos en la fe alimentándonos solo con leche espiritual como si fuéramos bebes. Dios nos ha dado la salvación, nos ha mostrado el camino, nos ha provisto de su palabra para que vayamos aprendiendo más y más de lo que ha hecho y espera de nosotros a fin de que lo pongamos por obra y así glorifiquemos su Nombre y seamos instrumentos de bendición a los que están a nuestro alrededor. Debemos ser constantes, no volver a nuestra anterior vida despreciando el sacrificio vicario de Cristo pensando que no tenemos mayor responsabilidad pues el Señor siempre nos está llamando a permanecer en la santidad que nos ha dado

Dios siempre está atento para llevarnos a un mayor grado de luz, pues para eso nos sacó de las tinieblas. Quien ignora todo esto desprecia el sacrificio de Cristo y es un apóstata.