LA HISTORICIDAD DE JESUCRISTO
Sigue en pie la tendencia de distinguir entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe. A primera vista la distinción parece lógica y válida, pero al pensarlo mejor vemos que es muy destructiva para la fe. Si aceptáramos esta distinción a la postre terminaríamos con ninguno de los dos, ya que uno es también el otro: el Jesús histórico es el Cristo de la fe, y el Cristo de la fe es el Jesús de la historia. Podemos preguntarnos, ¿quién murió en la cruz por nosotros y quién resucitó, fue el Jesús de la historia o el Cristo de la fe?, y ¿el que resucitó fue el mismo que había muerto, o fue otro?, ¿es el mismo, aquel que murió y resucitó, que el que nació en Belén?
Sea quien fuera el que nació en Belén, la Biblia dice que nació en los días del Rey Herodes (Mateo 2:1), pero que después de nacido, lo llevaron a Egipto. Allí estuvieron hasta que murió Herodes y su hijo Arquealo (2:23) reinaba en su lugar. Sabemos, por fuentes no bíblicas, que Herodes reinó por 33 años, del año 37 hasta el año 4, antes de lo que se llama la “era común” ( para evitar decir antes o después de Cristo”) Por eso sabemos que Jesucristo nació unos 4 años antes de la “era común”.
Luego dice que Jesucristo tenía como 30 años (Lucas 3:23) en el año 15 del imperio de Tiberio César (3:1), que será el año 28 de la “era común”. Esta fecha concuerda perfectamente bien con las proporcionadas en la Biblia. En estas fechas, Juan el Bautista identifica al Jesús de la historia como el Cristo de la fe (Mesías) proclamado así desde el tiempo de Isaías, unos ocho siglos antes.
Aquel a quien Juan bautizó, a insistencia del que fue bautizado, ¿quién fue?, ¿fue el Jesús de la historia o el Cristo de la fe? Más tarde, a los que Pablo bautizó en Éfeso, fueron bautizados en el nombre de Jesús. ¿Fue este el Jesús de la historia?
El nombre “Jesucristo” aparece unas 75 veces en el Nuevo Testamento. (Sin contar las veces que dice “Cristo Jesús”). En griego, no es una sola palabra, como en el castellano, sino es “Jesús el Cristo”, o un poco más enfático “El Cristo Jesús”. Por supuesto, el nombre “Jesús” y el título “Cristo” aparecen solos también, muchas veces, sin embargo, la combinación de los dos nombres es muy importante. Desde el primer versículo del Nuevo Testamento (Mateo 1:1) lo vemos. Empieza el Nuevo Testamento (Mateo 1:1) lo vemos. Empieza el Nuevo Testamento así “Libro de la genealogía de Jesucristo”. En el versículo 18 leemos: “El nacimiento de Jesucristo fue así”.
Nuestra fe está en Jesús el Cristo, en el Cristo Jesús, o sea, en Jesucristo. El nacimiento que celebramos hoy es el nacimiento de Jesucristo, el Jesús de la Historia a quien, por la fe, conocemos correctamente como el Cristo, el encarnado Hijo de Dios. El encarnado Hijo de Dios se llama Jesucristo.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo, publicado originalmente domingo 24 de diciembre 2006