Hijo, tus pecados te son perdonados – Marcos 2:1-12

Introducción

Acabamos de celebrar el nacimiento de Jesús, el ungido, el Cristo, el mesías prometido por Dios esperado por mucho tiempo.

En los dos videos anteriores (Navidad en las palabras de Jesús: El tiempo se ha cumplido y Navidad en las palabras de Jesús: He descendido del cielo), estuvimos hablando de las palabras de Jesús relacionadas con su nacimiento.
Hemos notado claramente, que cuando Jesús habló de su nacimiento, lo hizo siempre enfatizando que esto era con un propósito.

Es, entonces, un buen momento de reflexionar en el propósito de Jesús.
En el evangelio de Marcos, vimos a Jesús predicar y diciendo en Marcos 1:15

El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

Dejando claro que su nacimiento era el cumplimiento de las profecías que encotramos en el Antiguo Testamento sobre su venida.

Inmediatamente después, en el cumplimiento de su misión, empieza a hacer cosas milagrosas.
Sana a un leproso, , sana a la suegra de Pedro, libera a un hombre que tenía un espíritu inmundo y el evangelista nos relata como le traían personas enfermas y endemoniadas, y Él los sana.
Una mañana, muy temprano mientras oraba, sus discípulos lo encuentran y le dicen: «todos te buscan»
En el versículo 38, vemos lo que Jesús les responde:
«Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.»

Luego, en el siguiente capítulo, vemos las cosas asombrosas que ocurrían mientras predicaba:
Marcos 2:1-12

Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.
E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.
Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.
Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?
Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

Vamos directamente a las palabras de Jesús cuando le presentan a ese hombre paralítico:

Miró al hombre y le dijo:

“Hijo, tus pecados te son perdonados”

¡Impresionante respuesta! los amigos de este hombre lo llevaron allí por una razón específica: ¡no podía caminar! y querían que fuera sanado. ¿Y Jesús dice: «Tus pecados te son perdonados»?. Los fariseos que estaban allí dijeron: Esto es ridículo. Esto es una blasfemia. Sólo Dios puede perdonar los pecados.
Bueno, tenían toda la razón: sólo Dios podía y puede perdonar los pecados.
Pero no se daban cuenta de que estaban en presencia de Emanuel, «Dios con nosotros»

Y Jesús, sabiendo lo que había en sus corazones, les dijo: ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?

Creo que probablemente, ellos hubieran dicho: es mas fácil decir «Hijo, tus hijos están perdonados». Porque después de todo, ¿cómo podrías saberlo? Bueno, no podrías decir: «Tus pecados te son perdonados. Que tengas buen día. Adios».
Pero si dices: «Recoge tu cama y camina» y él no camina, entonces todos se darían cuenta de que en realidad no tienes nada que ofrecer.

Jesús se interesa por todas tus condiciones, todas tus preocupaciones.
Pero él no vino para eso. Vino a conceder el perdón.

Ahora, aquí está la pregunta:

¿Por qué Jesús actuó de esa manera?

Lo que Jesús estaba haciendo era señalar cuál era la necesidad real del ser humano.
Este hombre y sus amigos, pensaron que la necesidad más importante que tenía era el hecho de que estaba paralizado, de la misma forma en que usted o yo creemos que nuestra necesidad más importante tiene algo que ver con la ruptura de su matrimonio, algún problemas familiar, su salud o alguna otra cosa.
Jesús si estaba, de hecho, interesado en su condición física. Por ello curó a aquel hombre.
Jesús se interesa por todas tus condiciones, por todas tus preocupaciones. Pero él no vino para eso. Vino a conceder el perdón.

Ahora, regresemos a lo que dijo Jesús en Marcos 1:15
El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

A menos que hayamos hecho realmente lo que Jesús dijo (arrepentirnos y creer en el evangelio), entonces estaremos pensando que tenemos un problema que tien que ser resuelto, cuando en realidad lo que necesitamos es ser perdonados.

Ora a Dios, reconociendo tu pecado, pidiendo perdón, lo demás vendrá como consecuencia de ello.

Seguramente oirás esas palabras de Jesús: Hijo, tus pecados te son perdonados.

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