Hambre y sed de justicia – Mateo 5:6

Bertrand Russell fue uno de los ateos más famosos que el mundo haya conocido; vivió casi 100 años en Gran Bretaña, de 1872 a 1970. Pero por mucho que promoviera el ateísmo en sus libros y escritos, Russell anhelaba en su corazón algo más de lo que había experimentado en esta tierra.

En una carta que Bertrand Russell le escribió a Lady Constance Malleson en 1916, dijo:

“Mi centro es siempre y eternamente un dolor terrible, un dolor curioso y salvaje, una búsqueda de algo más allá de lo que contiene el mundo. Algo transfigurado e infinito. La visión beatífica: Dios, no la encuentro, no creo que se pueda encontrar – pero el amor de ella es mi vida. Es el verdadero manantial de vida dentro de mí” Bertrand Russell

A pesar de todas sus afirmaciones ateas, Bertrand Russell tenía un hambre interior de algo más. Simplemente no pudo encontrarlo, o tal vez simplemente no se permitió encontrarlo.

Hoy hablaremos sobre la conocida bienaventuranza que encontramos en Mateo 5:6 «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.»

Primero veremos lo que significa «tener hambre y sed de justicia» y las próximas semanas echaremos un vistazo a las formas en que se aplica esto en nuestras vidas.

¿Qué significa «hambre y sed de justicia»?

La palabra bíblica que traducimos aquí “justicia” es una palabra griega δικαιοσύνη dikaiosúne, derivada de δίκαιος díkaios, que básicamente significa inocente, santo (absoluto o relativo) estar “bien” con Dios.

Esta palabra se usaba en la literatura antigua para describir a una persona que hacía lo «correcto» ante Dios y ante otras personas.
Ese tipo de persona sería conocida como un hombre “justo”; alguien que estaba en posición “correcta” tanto con Dios como con el hombre.

El primer hombre en la Biblia a quien se llama justo, es Noé.
En Genesis 6:9, está escrito:
«Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé»
Ahí usa la palabra en hebreo צַדִּיק tsaddíc, que significa derecho, recto.

En Éxodo 9:27 el vocablo se usa en relación a Dios:
«Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón para decirles: —Esta vez reconozco mi pecado. El Señor ha actuado con justicia, mientras yo y también mi pueblo hemos actuado mal.»
Tsaddîq se usa para referirse a una nación y se traduce como «inocente» en Génesis 20:4
«Dijo: Señor, ¿acaso vas a destruir a un pueblo inocente?«

Usa la palabra tsaddíc que es traducida como «inocente»

Aquí vemos dos aspectos de ser justos:
  1. Hacer lo correcto (ser irreprensible) y
  2. Tener una relación con Dios (caminar con Dios)

En el Antiguo Testamento esto suele estar relacionado con la ley de Dios.

En el Salmo 1, la descripción del justo dice: «en la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de día y de noche»

La ley es acerca de lo que debes hacer. Pero hacer esto es una delicia, porque es la ley de Dios. Hacer lo correcto y tener la relación correcta son dos cosas que van estrechamente relacionadas.

Pero ser justo depende de la fe.

Pablo enfatiza fuertemente esto en su epístola a los Romanos, y hace referencia a Génesis 15:6 acerca de Abraham diciendo: «Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia» (Romanos 4:3).

Entonces, debemos notar que Pablo usa el término en el sentido de que ser justo no es basado en lo que hacemos, sino algo que recibimos cuando creemos en las promesas de Dios. A través de la fe en Jesús recibimos el perdón de los pecados y somos aceptables a Dios.

Está en nuestro corazón querer ser así; ser «justo». Y estamos preocupados cuando no lo estamos.

La mayoría de nosotros nos damos cuenta cuando «algo no está del todo bien» en una relación con otra persona. ¿no es así?

Estoy seguro de que ustedes en algún momento han tenido este sentimiento.

Cuando sentimos que algo no está bien -que «algo anda mal»- en nuestra relación con una persona que amamos, entonces queremos hacer lo que nsea necesario para que esté bien.
Deseo de todo corazón estar en paz con esa persona: Tengo hambre de «lo correcto» en mi relación con esa persona.

Y eso es lo que significa esta palabra: “justicia” significa estar bien con alguien, y más que nadie significa estar bien con Dios, así como con otras personas.
Y tener “hambre y sed” de esta justicia, significa que realmente la deseas; que desees esta “rectitud” con Dios y con los demás tanto como deseas tu comida y agua diarias. Es un fuerte deseo por esa justicia.

Eso es lo que básicamente significa esta bienaventuranza:

Tener un fuerte deseo de estar “bien”, especialmente con Dios. Jesús dice que esta actitud es bendita, porque cuando tengas hambre y sed de ella, te hará buscar esa “rectitud” con Dios, que en última instancia te llevará a encontrar satisfacción -felicidad- en Él.

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