Nuestro servicio al Señor – 1 Corintios 4:1

Meditación bíblica sobre 1 Corintios 4:1 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

El día de hoy iniciaremos con una serie que tiene que ver con nuestro servicio a Dios dando lectura a 1ª de Corintios 4:1, que dice: “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios”.

La primera pregunta que debemos hacernos es ¿cómo servimos al Señor? Todo aquel que ha nacido de nuevo y que verdaderamente se reconoce como a un hijo de Dios, siente el deseo de servir al Señor, busca hacer su voluntad y cuando hay una oportunidad de servir, suele levantar su mano, buscando ser un instrumento útil en las manos del Señor.

En un principio hay mucho entusiasmo y emoción por ser parte de los planes y propósitos de Dios, se siente con energía y listo para servir, tanto como sea posible.

Hay quien busca como hablar de Jesús y dar su testimonio o busca ser parte del coro de su Iglesia o dando clase a los más pequeños o en el grupo de oración, incluso en actividades de limpieza, etc. no importa en donde sea, lo importante es saber que está sirviendo, seguramente es lo que muchos en algún momento han vivido.

Hablando de manera particular en mis años de servicio al Señor, y en todo este andar sostenido de su mano, en el primer momento en que Él me toma, toda mi vida fue transformada y, a decir verdad, lo sigue haciendo.

Con los años en el servicio al Señor ha habido de todo, momentos en los que sientes mucha gratitud por la oportunidad de servirlo, y otros no tanto, que incluso te llevan a hacerte dudar y pensar si merece la pena seguir adelante. Gracias a Dios y a su palabra siempre encontramos respuestas a nuestras preguntas.

1ª de Corintios 15:58 dice: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.

 Así encontramos que el servicio al Señor ha de ser con determinación y constancia y que en cada lucha, duda o dificultad que el enemigo ponga delante de ti, o prueba que el Señor permita; debes ser valiente y un fiel administrador de la riqueza del conocimiento de la palabra de Dios, y que cada situación se vuelva una victoria para tu vida, en Cristo.

Que podamos decir como el profeta Isaías “Heme aquí, envíame a mí”.

Otros videos de la SERIE
Nuestro Servicio al Señor
Comparte con tus amigos