Tomad el escudo de la fe – Efesios 6:16

Meditación sobre Efesios 6:16 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Me da mucho gusto enviarles un cordial saludo y un abrazo y doy gracias a Dios porque como parte de nuestras meditaciones sobre el libro de los Efesios y hoy podemos considerar uno más de los elementos que constituyen la formidable y poderosa armadura de Dios, que se describe en Efesios 6 de los versículos 13 al 18 que dicen:

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos

INTRODUCCIÓN

Este versículo habla del escudo de la fe y en aquel entonces, los soldados romanos utilizaban. diversos tipos de escudos, pero dos de ellos eran los más comunes.

El primero era un escudo redondo y pequeño de unos sesenta centímetros de diámetro, el cual se aseguraba al brazo con dos correas de cuero.

Este era liviano y se usaba para defenderse de los golpes de la espada del oponente en el combate cuerpo a cuerpo.

El segundo tipo tenía un metro veinte centímetros de alto y unos ochenta centímetros de ancho y estaba diseñado para proteger todo el cuerpo del soldado.

 Y consistía en dos piezas de madera pegadas y cubiertas primeramente con tela y luego con piel y estaba ceñido con hierro por arriba y por abajo y fue diseñado especialmente para repeler las peligrosas flechas incendiarias que se utilizaban en aquel entonces,

Ya que para lograr que la punta de las flechas causaran un daño mayor las envolvían con pedazos de tela que se habían sumergido en brea justo antes de lanzar la flecha y la punta se encendía y la brea ardía con fiereza y al hacer un impacto esparcía llamas ardientes en muchas direcciones. incendiando todo material, inflamable que tocara como si se tratara de las bombas incendiarias hoy en día.

Para evitar esto, la tela y el cuero de los escudos, se mojaban y cuando las flechas chocaban contra los escudos sus puntas se embotaban y sus llamas se extinguían.

Ahora bien, los soldados que portaban estos escudos se ubicaban al frente en las líneas de batalla, y se colocaban lado a lado para formar un escudo humano que impidiera todo acceso al enemigo y estos hombres juntaban sus escudos y creaban un cuerpo de infantería pesada, que formaba la principal fuerza de los ejércitos que se extendía por dos o más kilómetros de ancho.

Cualquier persona que estuviera de pie o agachado detrás de esos escudos estaba protegido de la ráfaga destructiva de flechas y lanzas enemigas,

Y de la misma manera el escudo de la fe que Dios da al creyente lo protege y capacita “para apagar todos los dardos encendidos del maligno”.

Ahora bien, las primeras dos palabras de este versículo dicen:

16 Por tanto, es decir, sobre todo,

Y no debemos tomar las palabras “sobre todo” como si se tratara del arma más importante, sino como enfatizando además de esto” es decir, como un agregado indispensable, agrega las palabras de la segunda frase de este versículo que dicen:

tomad el escudo de la fe,

Miren ustedes, las tres primeras partes de la armadura que ya se han mencionado, el cinto, la coraza y el calzado, eran para la preparación y protección permanente para la batalla por lo que nunca debían quitarse en el campo de batalla. Y las siguientes tres partes de la armadura que se mencionan, el escudo, el yelmo y la espada, los tenían siempre listos para la acción y los utilizaban en el momento en que empezaba el combate.

En cuanto a la fe toda persona utiliza diariamente alguna forma de fe, por ejemplo, al cruzar un puente lo hacemos con la fe de que va a soportar nuestro peso, al ingerir alimentos confiamos en que no están envenenados.

Al utilizar un avión, un tren, un barco, un autobús y un automóvil, confiamos en su buen funcionamiento y la fe en estas cosas hace posible la vida y la sociedad como las conocemos

Pero la fe en Dios es algo mucho más importante e inmensurable ya que no es solamente una «fe en algo”, sino que es una fe firme en Dios, en su Palabra y en sus promesas.

Además, la fe en Dios nunca falla porque es Dios, en quien confiamos y él nunca nos falla ni nos defrauda.

Hebreos 11:6 dice: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve

Habacuc 2:4 dice «el justo por su fe vivirá«

¿Cuál es el objetivo y propósito de usar este escudo de la fe? La segunda frase de este versículo dice:

con que podáis apagar todos los dardos de fuego

Miren ustedes, el primer dardo o flecha encendida de Satanás fue contra Adán y Eva al incitarles a dudar de lo que Dios había ordenado y los convenció para que pusieran su confianza en sus mentiras diabólicas.

Y de la misma manera hoy en día, ya sea de forma directa o indirecta, satanás nos sigue tentando para dudar y desconfiar de Dios.

La fe en Dios es un escudo, una protección completa contra las flechas encendidas del mal que están dirigidos a las almas de los miembros de la familia de Dios.

Y fíjense bien que en la aljaba del diablo hay toda clase de dardos, flechas o proyectiles ardientes y Satanás bombardea de manera continua a los hijos de Dios con tentaciones de inmoralidad, de odio, de envidia, de, enojo, de codicia, de orgullo, de duda, de temor, de desesperanza de desconfianza de angustia, de persecución, de hambre”, etc. Y otros dardos encienden dudas, lascivia, codicia, vanidad, envidia, y todos los demás pecados.

Pero todas estas flechas y dardos no son sólo rebotan, sino que se extinguen cuando se encuentra con un poderoso escudo que consiste en una fe verdadera.

Y fíjense bien que al igual que el diablo lanzó sus dardos para tentar al mismísimo Hijo de Dios en el desierto, mismo para que desconfiara de su Padre (Mt. 4:3-9) también lanza constantes ataques contra todos nosotros para que dudemos y no pongamos nuestra confianza en Dios.

Las últimas dos palabras de este versículo dicen;

DEL MALIGNO

El maligno o vil y perverso se refiere al diablo. Y debemos estar firmes para. poder «resistir en el día malo», es decir para resistir todas sus maquinaciones malignas sobrenaturales

Y cuando dice del maligno, recordemos que tenemos una lucha sobrenatural ya que Efesios 6:12 dice:

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes

CONCLUYO

Una parte importante de La armadura sobrehumana que Dios ha diseñado y provisto para nosotros es el escudo de la fe y es nuestra responsabilidad tomarlo, y utilizarlo en contra de los poderes del maligno

Un ejemplo del uso de este poderoso e invaluable escudo es cuando ponemos nuestra fe y confianza en las maravillosas promesas de Dios las cuales debemos apropiarnos cuando llegan a nuestra vida los tiempos de duda y depresión, y los tiempos de tentación.

Por ejemplo, podemos creer y confiar completamente en todas las valiosas promesas que nos ha dado y voy a mencionar solo cuatro de ellas.

  1. De acuerdo con Mateo 7:9 Él nunca dará a sus hijos una piedra cuando le piden un pez  
  2. A los diezmeros les dice: en Malaquías 3:10 probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
  3. Santiago. 1:17 dice: Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de,  
  4. Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Y 1 Juan 5:4 dice que la fe es más que un arma defensiva. Y dice “y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”

Termino repitiendo el texto bíblico en el que pusimos nuestra atención

16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.


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Reflexiones sobre la Epístola a los Efesios

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