Una fe que funciona – Parte 3 – Santiago 2:14-26

Meditación bíblica sobre Santiago 2:14-26 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Introducción

En los dos videos anteriores vimos que, Santiago nos dice que hay dos señales prácticas que nos ayudan a determinar la autenticidad de nuestra fe.
Pueden esos videos aquí

Estas dos señales son:

  1. La fe genuina siempre se manifestará en el amor, y
  2. La fe genuina es obediente a Dios incluso ante el miedo

En el video anterior vimos este segundo punto. Tiene que ver con la obediencia.

Dijimos que la Biblia enseña claramente que somos justificados solo por la fe, y aquí Santiago dice textualmente que «el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”.

Eso, para algunas personas representa un problema, pero Santiago presenta dos ejemplos; uno de ellos es el de Abraham y -citando el AT- dice que Abraham había creído, le fue contado por justicia y unos treinta años después cuando Dios le pidió que ofreciera a su hijo Isaac, la autenticidad de su fe quedó comprobada cuando Abraham respondió en obediencia al mandato de Dios.

Este pasaje de la epístola de Santiago enseña que la justicia declarada de Abraham fue demostrada exteriormente por su obediencia a Dios, incluso en las circunstancias más difíciles.

Hoy hablaremos del segundo ejemplo:

Rahab

Santiago concluye este pasaje haciendo recordar a los lectores la historias otra persona a quien se le puso a prueba la autenticidad de su fe: Rahab la prostituta.

En el versículo 25, escribe:
“Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? ”

La historia de Rahab narrada en el Antiguo Testamento gira en torno a dos espías que fueron enviados a la Tierra Prometida por Josué (Josué 2). Los dos espías finalmente se encontraron en la casa de Rahab.
Rahab creía que Dios realmente estaba con el pueblo de Israel y por eso escondió a los espías y los protegió de los soldados de Jericó.
Rahab entendió que Dios estaba a punto de destruir Jericó y creyó en el Dios de Israel. Sin duda, fue un momento muy estresante, de intenso temor para Rahab, ya que puso su fe en el Dios de Israel en lugar de creer en los dioses y la fortaleza de Jericó.

Esta mujer se enfrentó a una prueba muy terrible de su fe.
Ella había profesado abiertamente su creencia en el Dios de Israel; pero había una pregunta aun por responder:

¿Era genuina su nueva fe o era simplemente algo que había dicho para quedar bien y no ser agredida? ¿Cómo respondería ella en un momento difícil?
Para ella había sido fácil decir que tenía fe; pero ¿esa fe se comprobaría cuando fuera puesta a prueba?

Ella validó su fe con sus acciones.

¿Cómo? Al ser obediente a Dios en una situación difícil; ante el miedo extremo y el peligro, demostró que su fe era genuina.
Estaba dispuesta a correr los riesgos personales que fueran necesarios para ayudar a los hombres de Israel que vinieron a espiar la tierra.

Y al hacerlo, dice Santiago, se demostró que su fe era real.

En ambos ejemplos (Abraham y Rahab) la fe genuina se presenta como que consiste en ser obediente a la voluntad de Dios incluso cuando el resultado de esa obediencia involucra todo tipo de incertidumbre y miedo.
La verdadera fe obedecerá a Dios incluso cuando haya un alto precio que pagar; incluso cuando eso signifique perder cosas que consideremos de alto valor; incluso cuando eso signifique ser rechazado por personas uno ama y aprecia.

La autenticidad de tu fe se mostrará en todas las pruebas de la vida.
Y, sin lugar a duda, esas pruebas llegarán. Y cuando lleguen, es necesario que estemos conscientes de que con ellas, se está poniendo a prueba la autenticidad de nuestra fe.
Porque la prueba de la autenticidad de tu fe no es sólo lo que puedes decir en público, sino lo que haces en privado.

No es lo que dices creer cuando todo está bien y las cosas son fáciles, sino lo que haces cuando las cosas no van bien y hay dificultades.

Conclusión

Para concluir podemos decir que:
La autenticidad de tu fe se muestra en la forma en que respondes a las necesidades reales de quienes te rodean, y lo que haces cuando pasas por tiempos difíciles.

Posiblemente algunos de ustedes están en medio de una prueba en este momento.
Posiblemente todo va muy bien y vendrán algunas dificultades en el futuro.

¿Qué hacer?

Obedecer a Dios incluso cuando sea difícil. Incluso cuando haya temor. Incluso cuando parezca que obedecer no tiene ningún sentido.

Termino con algo e escribe el apóstol Pedro en su primera epístola:

“Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.
Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas.”

(1 Pedro 1:6-9)

Otros videos de la Serie:

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