La historia de Rut – Parte 2 – Rut 1

Meditación bíblica sobre el libro de Rut por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

“Donde quiera que tú fueres iré yo, tu pueblo será mi pueblo y tu Dios mi Dios”.

La semana pasada hablamos del destino fatal que encontró Elimelec al quedarse a morar en la tierra de los Moabitas, sin duda una decisión que iba en contra de la voluntad de Dios, situación que llevó a sus hijos a casarse con dos mujeres Moabitas, y del mismo modo que su padre también ellos murieron en tierra extranjera.

Así, después de estos acontecimientos, Noemí decide regresar a Belén y una de las dos nueras, Rut está resuelta a no dejarla e ir con ella.

Dice así Rut, capítulo 1, verso 15 en adelante,

Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.

Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos.

Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.

En esta conversación hay una admirable confesión y declaración de fe por parte de Rut. Primero confiesa su amor a su suegra y su deseo de estar hasta la muerte con ella, solo la muerte las separaría, después su fe por el Dios vivo y verdadero de Israel y su decisión de adorarle. Rut estaba dispuesta a dejar padre y madre, con tal de estar con Noemí y con el Dios de Israel.

No cabe duda de que la conversación de Rut es una clara evidencia de la gracia soberana por parte de Dios, pues la única manera en la que los pecadores pueden ser salvos es por fe y por gracia.

Efesios 2: 8-9 dice:

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

La gracia soberana de nuestro Dios actúa de formas sorprendentes.

Deuteronomio 23:3 dice:

No entrará Amonita ni Moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos. No entraran en la congregación para siempre.

Excluida permanentemente, entonces ¿cómo podía entrar Rut? Confiando en la gracia y misericordia de Dios.

La ley nos excluye como pecadores, pero la gracia nos incluye al poner nuestra fe en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Algo más, cuando tú lees la genealogía de Jesús en Mateo capítulo 1, notarás que hay cinco mujeres de las cuales cuatro su reputación es cuestionable.

  • Tamar se acostó con su suegro Judá cometiendo incesto, (Génesis 38:3).
  • Rahab era una prostituta gentil, (Génesis 2: 5).
  • Rut era Moabita (Rut 1:5).
  • Y la mujer de Urías fue adultera (2ª. De Samuel 11: 3 – 4)

¿Cómo es que estas mujeres llegaron a ser parte de la genealogía de Jesús?

Por medio de la gracia soberana y la misericordia de Dios.

Rut nos enseña que lo importante no es poner la vista en las circunstancias, primero murió suegro, después su esposo y su cuñado más tarde, todo apuntaba en su contra, sin embargo, ella puso su fe en el Dios de Israel.

Hasta aquí el día de hoy, en la próxima veremos como Dios cuida de las viudas.

Saludos y Bendiciones.

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