La historia de Rut – Parte 5 – Rut 4
Meditación bíblica sobre el libro de Rut por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
La semana pasada hablamos de la forma en que Noemi aconsejó a Rut para lograr su redención, de acuerdo con las costumbres de Israel. Y como se debe esperar pacientemente, confiando en las promesas de Dios.
Hoy daremos lectura al capítulo 4, que dice:
1Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. 2Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron. 3Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. 4Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.
5Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión. 6Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir.
7Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. 8Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato. 9Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. 10Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos hoy. 11Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. 12Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.
13Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. 14Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; 15el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. 16Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. 17Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.
18Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, 19Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, 20Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón, 21Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, 22Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.
El tema clave de este capítulo es la redención, las palabras “redimir” y “comprar” aparecen al menos 15 veces en sus diferentes formas. No puede haber redención sin un pago del precio. Para el creyente la salvación es gratuita, pero para Dios fue algo muy costoso: “Todo aquel que invocare el nombre del señor será salvo” -Hechos 2:21.
Por otra parte, el propósito de las leyes de redención (Levítico 25:23-24, y Deuteronomio 25:5-10) era preservar el nombre y proteger la propiedad de las familias de Israel, Dios, como el propietario de la tierra, no quería que este cayera en manos de otros que se aprovecharían de la tierra y de las viudas. La palabra Redimir significa “Liberar mediante el pago de un rescate”. Noemí no disponía de dinero para redimir, pero Booz sí, él podía comprar la propiedad y conservarla en la familia, y junto con la propiedad, a la viuda, él tenía que casarse con ella y procurar tener hijos que llevarían el nombre del fallecido, de ahí que Rut estuviera tan involucrada en la negociación.
Merece la pena mencionar que el pariente más cercano no estuvo dispuesto a redimir a Rut, así Booz quedó libre para adquirir tanto la propiedad como una esposa. Además, aquel pariente no quiso arriesgar ni su nombre ni su herencia, y dio su zapato como testimonio de que la transacción se había completado por parte de Booz, perdiendo aquel pariente todo derecho.
Booz, como ya lo habíamos mencionado, es un tipo de Jesucristo, “nuestro pariente redentor”, al igual que Booz, Jesus no estaba preocupado por arriesgar su propia herencia; nos hizo a nosotros parte de su herencia. “En él asimismo tuvimos herencia habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas, según el designio de su voluntad” Efesios 1:11. Como Booz hizo sus planes en privado, pero pago públicamente, y como Booz hizo lo que hizo por amor a su esposa.
Jesus se dio a sí mismo por nosotros, Tito 2:14 “Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”.
Volviendo al texto, en los versículos 11 al 14, es interesante notar los buenos deseos del pueblo y la bendición de Dios, pues ellos esperaban que Rut fuera fructífera (significado de la palabra “efrata”) y famosa honrando su pequeño pueblo, lugar en donde Raquel había sido enterrada, pero mucho más importante, este sería el lugar donde Jesús nació.
Y al igual que Booz, los vecinos querían que su casa fuera como la casa de Fares, familia que se había establecido en Belén, y Booz era descendiente de Fares.
Esta unión sagrada incluía a Dios, y a su pueblo, es maravilloso ver cuando la comunidad del pacto se regocija sinceramente con los novios, y cada novio y novia deberían desear tales bendiciones.
Grandes cambios se dieron en la vida de Rut, quien puso su confianza en el Dios de Israel, siendo Booz quien actuará a su favor, Rut paso de la soledad al amor, del trabajo pesado al descanso, de la pobreza a la riqueza, de la preocupación a la seguridad y de la desesperación a la esperanza; dejó de ser “Rut la moabita”, ahora era Rut: la esposa de Booz, un nombre que portaba con orgullo.
Noemi por su parte encontró un aliciente para su vida, dedicando su tiempo a Obed, su nieto, la generación más joven.
Los abuelos deben enfocarse en el futuro y no en el pasado.
Cuando sostenemos un bebe en los brazos, estamos sosteniendo el futuro. Este debe algún día cuidar de su familia, incluida su abuela.
Obed sería una bendición para Israel, pues Obed fue el abuelo de David, uno de los más grandes líderes de Israel. Y aunque David cometió un gran pecado, David fue un hombre de fé que Dios usó para edificar el reino de Israel; venció a sus enemigos, expandió su herencia, pero, sobre todo, fue un hombre que adoro a Dios.
Noemi, Rut y Booz no tenían ni idea de los planes eternos de Dios y que ellos fueran parte de esos planes, cumpliéndose así la promesa de Dios hecha Abraham, de que por medio de su simiente serían benditas “todas las familias de la tierra”.
La próxima vez que sostengas a un bebe en tus brazos puede ser que Dios tenga preparado para él un gran futuro.