CONOCER BIEN LA BIBLIA
Pasan muy pocos días en que nadie me haga recordar que es posible saber mucho de la Biblia y no ser buen cristiano. Me lo dicen los que son cristianos y los que no lo son. Cada uno lo dice por distintas razones, por supuesto, pero todos lo dicen para disculparse por no saber mucho de la Biblia y afirmar, a la vez, que piensan que no es una cosa importante saber de la Biblia.
Sin conceder el juicio equivocado, de que no es importante saber de la Biblia, tenemos que admitir que sí es posible saber mucho de la Biblia sin ser creyente en ella o aun sin ser cristiano. Yo mismo he conocido algunos de ellos. Algunos conocedores de la Biblia, profundamente y en detalle, han sido profesores míos que tuvieron el cuidado de explicar que no creían en la Biblia que enseñaban, ni aceptaban sus doctrinas. Por lo general, sin embargo, fueron honrados y dijeron lo que la Biblia decía y luego aclaraban que no lo creían.
Un buen conocimiento de las enseñanzas de la Biblia no es equivalente a tener la verdadera religión cristiana, profunda y sana. Lo contrario también es la verdad, no es posible ser un cristiano activo, ferviente, seguro, y consiente de que lo es sin tener conocimientos de las enseñanzas de la Biblia. El que no sabe nada de las enseñanzas de la Biblia y, por eso, no cree en ellas, no puede llamarse cristiano. Un conocimiento de los datos, de la Biblia por más extenso y profundo que sea este conocimiento no lo hace a uno cristiano, sin embargo, no se puede ser cristiano sin saber las enseñanzas de la Biblia.
Además, se crece espiritualmente de acuerdo con su conocimiento de la Biblia, porque aumenta y profundiza el contenido de su fe. Y cuando crece su fe, el cristiano crece espiritualmente también.
Más aun que la información bíblica obligada, necesaria e imprescindible, el conocimiento de la Biblia da estructura y aplicabilidad a nuestro entendimiento como cristianos. Solamente en el campo de la ética, que está en crisis hoy en día, con sus múltiples situaciones nuevas y falta de normas adecuadas, el conocimiento de la Biblia y las estructuras de sus enseñanzas es una falta aguda.
El vivir como cristianos en nuestros tiempos requiere que en todo tengamos fuertes bases de nuestro pensamiento. Los engañadores allí están, y son astutos y muchos. Tenemos la tarea de desmentirlos, y para hacerlo, tenemos que conocer bien la Biblia.
Gerald Nyenhuis H. | Originalmente publicado el 21 de agosto de 2005 en| Boletín Buen Óleo