¿POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ?
Tenemos que hacer en dos la pregunta en el título del editorial de hoy. Y cada una exige su propia respuesta.
Las dos preguntas son: ¿Por qué ESTAMOS? Y ¿Por qué estamos AQUÍ? Las hacemos juntas como si fuesen una sola pregunta, pero la verdad es que son dos y exigen dos distintas respuestas. Ahora que estamos en el mes de nuestro aniversario, debemos pensar en estas dos preguntas o, más bien, pensar en nuestras respuestas a estas dos preguntas.
La respuesta a la primera pregunta no es simplemente recordar los eventos que ocasionaron nuestra estancia en el mundo eclesiástico mexicano.
La respuesta tiene que ver con nuestra respuesta a la situación en términos del propósito de Dios para su Iglesia, incluyendo la iglesia Berith. Estamos aquí porque queremos ser el tipo de iglesia que Dios quiere que esté en el mundo. Por supuesto, esta respuesta, no tenía todo el contenido que tenemos ahora, después de 44 años. Sin embargo, seguimos afirmando que queremos ser la iglesia que Dios quiere que esté en el mundo.
Ahora sabemos mejor que en aquel entonces qué quiere decir esto de ser una iglesia reformada, tanto en doctrina como en su organización y actividad. Tenemos mucho que aprender todavía, aunque hemos aclarado mucho. Sabemos que estamos para «anunciar las virtudes de Aquél que nos llamó…» (I Pedro 2:9). Hemos aprendido algo sobre esta tarea, hemos trabajado en esto, y hemos visto nuestras deficiencias. Sin embargo, estamos más convencidos que nunca que para eso estamos.
También estamos convencidos que por eso estamos, hasta que Jesús venga, y posiblemente tarde por una generación o más. Por eso es importante, entonces, preparar a otros para seguir con este trabajo. Estamos muy convencidos de ello. No podemos evitar esta responsabilidad. Debido a esto hacemos mucho énfasis en la educación. Es muy necesario que preparemos a otros a desarrollar este trabajo. Estamos llamados a la esperanza, y la esperanza siempre mira hacia el porvenir. ¿Y aquí? ¿Por qué aquí? La respuesta es: Porque Dios nos colocó aquí. No debemos hablar en general.
«Aquí» quiere decir en la localidad donde estamos. Cuando conseguimos el local que tenemos, estuvimos seguros de que era una experiencia de la providencia de Dios. Muchos de nosotros estamos todavía más convencidos de que así era. Estamos aquí porque hay muchas personas, en esta zona, quienes han de escuchar nuestro anuncio de las virtudes de aquél quien nos llamó. El Que nos llamó quiere que muchos de los de «aquí» están sepan de sus virtudes.
Gerald Nyenhuis H. | Originalmente publicado el 14 de octubre de 2012 en| Boletín Buen Óleo