El Shalom prometido por Dios – Isaías 9:6-7

Meditación bíblica sobre Isaías 9:6-7 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Probablemente ya conoces la palabra hebrea para paz: shalom.

La palabra shalom aparece más de 200 veces en el Antiguo Testamento y mucho se ha escrito en el transcurso de los siglos reflexionando sobre el significado y uso de esta palabra.

La palabra paz generalmente se entiende como “la ausencia de guerra o conflicto”.

El concepto bíblico de shalom si abarca este tipo de paz, pero shalom es mucho más.

Es lo que Dios prometió a su pueblo mucho antes del primer advenimiento de Cristo Jesús.

Shalom incluye paz, pero también “plenitud y bienestar”. Shalom es el ideal, para nuestras vidas en lo individual y para para la creación de Dios en general; es un regreso a la creación original de Dios, antes de que fuera estropeada por el pecado de la humanidad.

A lo largo del Antiguo Testamento, Dios revela su plan para restablecer su shalom en la Tierra. A través del linaje de Abraham, Dios le dice a su pueblo que bendecirán a toda la humanidad. En Ezequiel 34:23-25 dice:

23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. 25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.

Aquí podemos ver Dios hizo “un pacto de paz” con ellos y prometió restaurar todas las cosas levantando un Pastor, un salvador.

Se refería al Mesías prometido en Isaías 9:6-7 de quien dice:

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

Vemos que dice que sería llamado “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”

En Miqueas 5:5 leemos:

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.

Y este será nuestra paz. 

Él mismo sería nuestra paz.

Muchos de nosotros estamos familiarizados con las palabras de Lucas 2:10-14 que oíamos cada navidad en obras de teatro navideñas del pasado:

10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

14 ¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Sabemos que Cristo vino para inaugurar una nueva era, y que al morir en nuestro lugar, podemos, ser justificados por la fe, como dice en Romanos 5:1

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Hoy, nos refugiamos en las palabras de Jesucristo, que leemos en Juan 14:27:

27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. 

Por medio del Espíritu Santo de Dios experimentamos esta paz, que trasciende todo entendimiento y guarda nuestros corazones y mentes. Así lo dice en Filipenses 4:7

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

 Pero Dios no quiere que nos quedemos sentados y nos entreguemos a esta paz.

Nos llama a trabajar junto con el Espíritu para restaurar el shalom de Dios aquí en la Tierra.

En Isaías 52:7 leemos,

¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina!

Y en Romanos 10:15 leemos al apóstol Pablo citando estas palabras:

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 

Mientras esperamos la plenitud del shalom de Dios a través de la segunda venida de Jesucristo podemos transmitir este mensaje de paz a otros.

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