Augusto César: un incrédulo usado por Dios – Miqueas 5:2; Lucas 2:1,4-7

Meditación bíblica sobre Miqueas 5:2; Lucas 2:1,4-7 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

¿Cuáles son las personas que Dios usa? Al hacernos esta pregunta es muy probable que uno responda diciendo que Dios usa a personas que creen y confían en Él, la realidad es que no siempre es así.

Dios puede usar a diferente clase de personas, y así lograr sus propósitos eternos.

Daremos lectura a Miqueas 5:2:

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.

Cuando se acerca esta época navideña, ¿qué es lo primero que viene a nuestra mente? Seguramente es donde pasaremos la navidad, qué cenaremos, qué vestiremos, a quién invitaremos, etc; y no muy a menudo pensamos en todo lo que Dios hizo para que su hijo naciera y llegará a este mundo.

Cuando pensamos en el nacimiento de un bebe, podríamos decir que es algo normal, como lo fue en aquella época, pero ¿por qué este nacimiento es tan significativo? Bueno, es por todo aquello que Dios hizo y las personas que usó para que su palabra profética se cumpliera. Dios planeó hasta el menor detalle para que tan grande acontecimiento se cumpliera, y este acontecimiento fue un nacimiento que fue profetizado 700 años antes.

Entonces así, el libro de Lucas 2:1 dice:

Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.

Más adelante, del verso 4 al 7 dice:

Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Aquí, podemos notar que Augusto César es el emperador, pero Dios es el Dios de la historia que 700 años después, usa el edicto del emperador, un hombre incrédulo, para que su propósito se cumpla, así, la profecía de que él salvador nacería en Belén se cumplió conforme a lo dicho por el profeta Miqueas.

En los propósitos de Dios no siempre encontraremos a hombres creyentes. Augusto César era un hombre incrédulo que Dios usó para que su voluntad se cumpliera, es muy interesante ver cómo Dios cumple sus propósitos y que probablemente nosotros habíamos pensado hacerlo de otra manera, seguramente buscando un creyente, lo que reafirma lo que dice Isaías 55:8:

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”.

En esta historia lo realmente significativo es que sin importar si se es creyente o no, la voluntad de Dios siempre se cumple.

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