Paz en la tierra – Lucas 2:14

Hemos estado hablando de las diferentes personas que usó Dios para que el nacimiento de Jesus, el Salvador y Mesías prometido, se llevará a cabo en el lugar y condiciones profetizadas muchos años antes. Solo mencionamos dos de muchas más que hay, mencionamos la profecía de Miqueas: que habría de nacer en belén (esto por un edicto de Augusto César); y la de Isaías: que nacería de una virgen (Maria sólo estaba comprometida con Jose, no estaban casados, ella concibió por el espíritu santo).

Hoy hablaremos de lo que Jesus trajo con su nacimiento: Paz en la Tierra. Daremos lectura a Lucas 2:14:

Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Como cristianos hay tres acontecimientos portentosos que celebramos, son: el nacimiento de Jesús, su muerte y su resurrección.

Pensemos solo en su nacimiento, un versículo antes (13) dice:

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Esta frase va mucho más allá que un lindo coro navideño.

La realidad es que tiene que ver con lo sucedido desde el principio de la creación, cuando el hombre pecó contra Dios, queriendo ser como Él. En este momento, el hombre entró en una situación de enemistad y pecado con Dios, lo que trajo la separación de Dios y el hombre.

Tras el nacimiento y obra de Jesus se logró la reconciliación.

Así, en primera instancia, los ángeles cantan y dan gloria a Dios, algo que el hombre creado no pudo hacer, pues él quiso ocupar el lugar de Dios.

Segundo: La enemistad entre Dios y el hombre es restablecida por Jesus, el hijo de Dios, humillándose a sí mismo, tomó la semejanza de hombre, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Filipenses 2:6-8).

Jesus tomó el lugar que le corresponde al hombre en la cruz por su desobediencia. Romanos 6:23:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Y tercero: Dios mostró su buena voluntad para con los hombres, cuando Jesús vivió la vida que ni tu ni yo podríamos vivir jamás, y esa vida y justicia perfecta, que es nuestra salvación, nos es dada por gracia. Efesios 2:5:

“Por gracia sois salvos”

Por todos estos hechos portentosos es que los ángeles cantaban

¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

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