LA ORACIÓN – Marcos 1:35

La semana pasada meditamos en la importancia de mantenernos centrados para así cada uno cumplir con su llamamiento, hacerlo con gozo y sin importar las adversidades que se pudieran presentar, y siempre esforzándonos para llegar a la meta: compartir el evangelio de la gracia.

Ahora bien, habrá ocasiones que esta tarea no sea fácil de realizar, pues el adversario, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar. En este sentido, cuando se busca realizar la tarea para la cual Dios te ha llamado y lograr un resultado positivo, la oración es fundamental. Jesús lo sabía y él siempre buscó un tiempo para orar y estar en comunión con Dios.

Marcos 1:35 dice:

Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

Es importante notar el contexto de este versículo. No cabe duda de que Jesús tenía días muy ocupados, un día antes había estado enseñando en la sinagoga, después en casa de Pedro sanó a su suegra que tenía fiebre, y más tarde durante la noche sanó a muchos enfermos y liberó a endemoniados. Pero nada de esto impidió que a la mañana siguiente, muy temprano él se levantara y lo primero que hiciera fuera tener un tiempo de comunión con Dios.

Como creyentes, en este tiempo de oración buscamos que Él nos dé luz y dirección para guiarnos y tomar las mejores decisiones. Nuestro Padre celestial anhela guiarnos y dirigirnos para tomar decisiones correctas, llevando a cabo su voluntad. Para Jesús este tiempo siempre fue una prioridad, sin importar cuánto tuviera que hacer, Jesús siempre buscó este tiempo de oración.

Jesús sabía que la manifestación de su poder estaba íntimamente relacionada con este tiempo de oración y de comunión con el Padre. Lo que Jesús nos enseña es que si bien es importante el hacer, resulta más importante orar antes de hacer. Viendo así manifestado el poder de Dios y cuál es su voluntad.

Filipenses 4:6 dice:

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Hasta aquí la reflexión del día de hoy.

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