La visión que cambió el enfoque de Pedro (Parte 2) – Hechos 10:9-23

Meditación bíblica sobre Hechos 10:9-23 por Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Hoy seguiremos con el relato de Pedro y Cornelio, donde los enviados por Cornelio finalmente encontraron a Pedro, y de inmediato le dijeron que por instrucción de un santo ángel, él debía ir a casa de Cornelio en Cesarea, petición que Pedro no dudó en realizar, ya que él también había recibido la misma instrucción. Ahora daremos lectura a Hechos 10:9-23. Dice así la Palabra de Dios:

“Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras. Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope.”

Este relato de la visión de Pedro es realmente sorprendente, pues mientras él oraba le sobrevino un éxtasis y vio el cielo abierto y algo parecido a una sábana que descendía del cielo. Y lo importante de todo esto es el contenido de la sábana.: cuadrúpedos, reptiles y aves, es decir, animales que caminan, se arrastran y vuelan. Esto dejó a Pedro confundido, pues no podía entender el significado de la visión. Pues recordemos que Pedro, como judío, había aprendido acerca de alimentos puros e impuros, así como la distinción entre judíos y gentiles, distinción que el Espíritu le indicó que dejara de hacer (Versículo 15). Así una gran barrera comenzó a derrumbarse, pues Pedro les dio hospedaje a los hombres enviados por Cornelio. Pedro, sin dudar ni cuestionar, hizo aquello que el Espíritu le indicó presentándose con ellos. Los escuchó, les dio alojamiento, y al día siguiente partió a Cesarea.

También seleccionó a seis creyentes judíos para que le acompañaran y fueran testigos, tres veces el número oficial requerido.

Y algo más sobresaliente, en este relato, es la perfecta cronología de cómo se dan los sucesos. Mientras Pedro oraba, los hombres se acercaban a la ciudad, y mientras tanto, Pedro tenía la visión, la cual lo dejó confundido, tratando de encontrar una explicación. Y mientras esto sucedía, los hombres finalmente llegaron a donde él se encontraba, y el Espíritu le dijo a Pedro, Baja, pues tres hombres te buscan, y no dudes en ir con ellos.

Este relato nos lleva a reflexionar que, sin duda, los planes de Dios son perfectos, y éstos siempre se cumplen en los tiempos, circunstancias y con las personas que Él previamente ha elegido para tales propósitos.