Muerte de Herodes – Hechos 12:19-24

Meditación bíblica sobre Hechos 12:19-24 por Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

El día de hoy meditaremos sobre la muerte de Herodes, un rey tirano quien dio muerte a filo de espada a Jacobo, hermano de Juan. En tal hecho malvado, todo parece indicar que Herodes sólo lo hizo por gusto y/o por quedar bien, y no por sentencia alguna de que Jacobo hubiese cometido algún delito. Así que quiso hacer lo mismo con el apóstol Pedro, y al hacer las averiguaciones del incidente y no dar con su paradero, mandó matar a los guardias que lo habían custodiado.

Ahora daremos lectura a Hechos 12:19-24.

Dice así:

Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí. Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey. Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos. Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.” Amen.

En toda esta narración que nos hace Lucas del rey Herodes, no hay duda que Herodes vivía para el elogio y el placer. El mundo todavía vive así, para el poder y la adulación, enaltece lo físico, y no toma en cuenta lo espiritual, se ha convertido en su propio Dios; pero un día será juzgado.

Romanos 1:25 dice:

… cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, (…)”.

Herodes estaba furioso por el incidente, y una forma de mitigar su enojo era no abasteciendo de provisiones, principalmente cereales. Así que Herodes, vestido con sus ropas reales, pronunció su discurso, totalmente improcedente, y que terminó en una clara molestia por parte del pueblo, el cual clamaba “Voz de Dios y no de hombre”.

Y en efecto, él había usurpado el lugar y el honor debido a Dios. Así que este rey tirano obtuvo lo que merecieron sus hechos, cayó muerto y comido por gusanos.

En contraste con el crecimiento de la Palabra viva de Dios. La iglesia primitiva acudió al trono más alto, al trono de la gracia. El trono glorioso de Dios era mayor que el trono de Herodes, y mientras los políticos buscaron el soborno, los creyentes no buscaron soborno alguno.

Simplemente llevaron su caso al tribunal más alto, dejándolo en las manos del Señor. Así, al inicio de este capítulo, Herodes aparece persiguiendo, arrestando e incluso dando muerte a los líderes de la iglesia. Pero, al final, el mismo Herodes es derribado y muere, y Pedro, quien había sido encarcelado, libre y la Palabra de Dios triunfante, creciendo y multiplicándose.

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