De la VOZ DE DIOS al TEXTO SAGRADO – Salmo 33:9

Palabras que transforman

Vivimos rodeados de palabras. Las escuchamos en casa, en la calle, en el trabajo. Pero hay una palabra que trasciende todas las demás: la Palabra de Dios, capaz de transformar, crear y dar vida.

El Salmo 33:9 lo declara con fuerza:

“Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió.”

¿Qué significa esto?

Significa que cuando Dios habla, sus palabras no se quedan en el aire. Todo lo que dijo se hizo realidad, y lo que mandó apareció, por más imposible que pareciera.

Este versículo condensa una verdad majestuosa: la creación entera responde a la sola palabra de Dios. No hubo materia previa, ni energía latente. Dios creó ex nihilo (de la nada) por el poder absoluto de su voluntad expresada. Su palabra no es un sonido físico ni un conjuro místico, sino la manifestación eficaz de su soberanía.

Creación por la Palabra

Desde el principio, la Biblia nos muestra que Dios creó el universo por su sola palabra.

En Génesis 1, cada acto creador comienza con “Y dijo Dios…”, y lo dicho se convierte en realidad.
No necesitó herramientas ni materiales. Solo su voz bastó. Esta creación ex nihilo —de la nada— manifiesta el poder absoluto de su voluntad.

Hebreos 11:3 lo confirma:

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”

Ordenanzas de la creación: leyes que revelan propósito

Cuando Dios creó todas las cosas, estableció ordenanzas que rigen el universo. Estas leyes -como la gravedad o el ciclo de la vida- no son meras fórmulas físicas, sino expresiones de su voluntad que establecen el propósito y el diseño de la creación.
Son principios divinos que revelan el diseño y el propósito de la creación. Y siguen vigentes hoy: la ley de la gravedad, por ejemplo, se aplica sin importar si la aceptamos o no.
La creación obedece instantáneamente, sin resistencia ni demora.

La Palabra escrita es viva, eficaz y transformadora

La misma palabra que creó los cielos y la tierra no quedó suspendida en el pasado. Hoy la tenemos escrita, viva y eficaz en la Biblia.
Los reformadores hablaron de su “eficacia”: la capacidad de producir el resultado deseado.
Así como la creación obedeció, también el corazón humano puede ser transformado por esta palabra, cuando es proclamada, creída y obedecida.

La Biblia es el testimonio activo de la voz de Dios

La Escritura no es solo un registro de lo que Dios dijo, sino el testimonio activo de lo que Dios sigue diciendo.
En ella, las mismas ordenanzas que rigen el universo se revelan como principios espirituales que nos llaman a vivir en armonía con el Creador.
Leerla, meditarla y obedecerla es entrar en contacto con la misma fuerza que dio origen al universo.

Reverenciar al Dios que habla

Salmo 33:9 nos invita a contemplar el poder creador de Dios y a reconocer que ese poder está presente en su Palabra escrita.

Cuando Dios habla, todo cambia

Y cuando nosotros respondemos con fe y obediencia, su palabra sigue creando vida, orden y propósito en nosotros.

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