Las imágenes que cuentan

Revisar un álbum de fotos suele despertar una dulce nostalgia, esa mezcla de memoria y emoción que nos invita a reflexionar sobre el camino recorrido. A lo largo de la historia, el ser humano ha creado recursos como diarios, álbumes de recortes y reuniones familiares para facilitar este ejercicio de repaso vital, donde se evalúan los objetivos trazados en etapas anteriores de la vida.
Todos compartimos un anhelo profundo: saber si nuestra existencia ha tenido sentido, si hemos cumplido algún propósito valioso. Ese deseo de examinar nuestra vida no es casual, sino un regalo divino. Dios lo ha sembrado en nosotros como preparación para un momento futuro de rendición de cuentas. Según las Escrituras, en el día del regreso de Cristo nos presentaremos ante Él, quien examinará nuestras vidas y revelará la clase de personas que hemos sido.
Pero ese día no se medirá por logros materiales ni por metas profesionales alcanzadas. Lo que realmente contará será el impacto que hayamos tenido en las personas. La trascendencia de nuestra vida se define por cuánto hemos contribuido —por medio de Cristo— a la formación del carácter de quienes nos rodean.
Esas son las imágenes que llenarán el álbum eterno. Puedes construir grandes cosas, fundar bibliotecas, viajar por el mundo… pero lo que se celebrará en el día final será lo que Dios haya hecho en ti para edificar a otros, aquellos que fueron creados a su imagen.
Cuando Jesús regrese, el gozo no estará en contemplarnos a nosotros mismos, sino en ver lo que Dios ha hecho en otras vidas a través de nuestra obediencia y servicio. Veremos cómo, por su gracia, nuestra entrega produjo crecimiento, madurez y belleza en quienes nos rodean. Y ese será nuestro verdadero legado.

IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA BERITH, BOLETIN BUEN ÓLEO Domingo 7 de Septiembre 2025

Comparte con tus amigos