
La eternidad de Dios en contraste de la brevedad del ser humano – Salmos 90:1-2
Meditación bíblica sobre Salmos 90:1-2 por el Pbro. Pedro Arcos Sánchez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Esta mañana vamos a meditar el Salmo noventa, el verso uno y dos. Voy a darle lectura. Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.
Antes que naciese los montes y formase la tierra y el mundo desde el siglo hasta el siglo, tú eres Dios. El Salmo noventa es Salmo de Moisés, el hombre de Dios, que reflexiona, que medita sobre la naturaleza de Dios y la verdad de la vida del ser humano. En este Salmo, Moisés expresa su profunda reverencia, admiración por Dios, y busca entender el propósito de la vida humana en relación con la eternidad de Dios.
El tema de este Salmo noventa es la eternidad y la soberanía de Dios. En contraste con la brevedad y la fragilidad de la vida del ser humano. Como dice el Salmo, Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.
Antes que naciese los montes y formase la tierra y el mundo desde el siglo hasta el siglo, tú eres Dios. En el verso uno, Moisés declara que Dios ha sido un refugio para su pueblo a lo largo de las generaciones. Aquí encontramos la palabra refugio.
Refugio sugiere que es un lugar seguro y protegido desde uno puede encontrar descanso y seguridad. En el verso dos, Moisés describe la eternidad de Dios, enfatizando que él existe antes de la creación del mundo y que su existencia no tiene principio. Porque dice el Salmo, desde el siglo hasta el siglo tú eres Dios.
Aquí subraya la importancia de la eternidad de Dios. Que Dios es eterno y el ser humano tiene caducidad. El ser humano su existencia es brevedad.
Pero lo que nos quiere también enseñar es que el Salmo es que nuestro Dios allí encontramos refugio. La meditación de estos versículos uno y dos del Salmo noventa nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de Dios y nuestra relación con él. Al recorrer la eternidad y la soberanía de Dios podemos encontrar refugio y seguridad en él.
La brevedad de la vida humana nos recuerda que debemos buscar nuestra identidad y propósito en Dios, quien es el único que permanece para siempre, que permanece constante a lo largo del tiempo. Al confiar en Dios como nuestro refugio podemos vivir con esperanza y confianza en medio de las incertidumbres de la vida. Yo les bendiga mis queridos hermanos y amigos.
Hasta pronto.
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En Salmos 90:1-2, Moisés medita sobre la eternidad y soberanía de Dios frente a la brevedad de la vida humana. Al reconocer a Dios como refugio constante generación tras generación, este pasaje nos invita a encontrar esperanza y propósito en medio de las incertidumbres, confiando en quien permanece para siempre.