FE AUTÉNTICA Y LIBERTAD EN DIOS
El Salmo 78 nos recuerda una historia que se repite una y otra vez: Dios libera a su pueblo de la esclavitud y los guía hacia la tierra prometida, pero luego el pueblo se aleja, cuestiona, busca soluciones en sus propios caminos y termina cayendo en el mismo ciclo.
Este ciclo parece ser parte de nuestra condición humana, esa inclinación al error que nace desde Adán. Pero como hijos de Cristo, estamos llamados a una libertad diferente. Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de elegir obedecer a Dios de verdad, no como un acto forzado, sino como una respuesta de amor y confianza profunda.
Hay una frase que oímos muy frecuentemente: no comprender la historia nos condena a repetirla. Y en el Salmo 78 encontramos la enseñanza para romper esa cadena. Contar la historia de Dios a las nuevas generaciones, recordar sus milagros y su misericordia, es esencial para que la fe se arraigue en nuestros corazones y en los de quienes amamos. Cuando confiamos plenamente en Dios y en su salvación, ya no dudamos ni cuestionamos su poder ni su voluntad. Esa confianza nos fortalece para enfrentar cualquier valle o montaña en la vida sin perder la alegría ni la esperanza.
No basta con palabras vacías o promesas superficiales, sino con un corazón que se vuelve a Dios con verdad. Así como el pueblo en el salmo falló y mintió, Dios sigue siendo misericordioso, perdonando y levantando a quienes se arrepienten genuinamente.
Además, debemos estar atentos a no dejar que los ídolos -como la fama, el poder o la riqueza- roben el lugar que solo Dios debe tener. Estos falsos ídolos pueden hundirnos en valles profundos de los que cuesta mucho levantarse. Pero Dios, en su soberanía y amor, siempre busca levantarnos y guiarnos de regreso a su voluntad.
Conectar con nuestra familia, comunidad y mundo desde la verdad y el amor de Dios nos impulsa a vivir una fe auténtica, que rompe ciclos y transforma vidas.
IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA BERITH, BOLETIN BUEN ÓLEO Domingo 5 de Octubre 2025
