LA OPOSICIÓN CONTINÚA – HECHOS 18:12-21
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Meditación bíblica sobre Hechos 18:12-21 por Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
La semana pasada hablamos de cómo los judíos nuevamente rechazaron el Evangelio de Jesucristo, a excepción de Crispo, quien menciona a Pablo. Ahora él enfocaría su esfuerzo y trabajo misionero principalmente a los gentiles, y así lo hizo en Corinto, y el Señor le confirmó esta decisión diciéndole, no temas, habla y no calles, porque yo estoy contigo.
Ahora seguiremos adelante con la meditación del día de hoy. Número 33. La oposición continúa, y para esto daremos lectura a Hechos 18 del 12 al 21.
Dice así:
12 Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, 13 diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. 14 Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. 15 Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 16 Y los echó del tribunal. 17 Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello.
18 Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. 19 Y llegó a Éfeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, 20 los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, 21 sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Éfeso.
Aquí podemos notar nuevamente que la oposición judía se hizo presente, y poniéndose de acuerdo lo llevaron ante el procónsul Galeón para denunciarlo, de persuadir a los hombres a honrar a Dios.
Pero como ciudadano romano estaba preparado para defenderse, sin embargo no fue necesario, pues el procónsul Galeón vio que el asunto nada tenía que ver con la aplicación de la ley romana, sino con la interpretación, dijo, de vuestra ley. Y Galeón rehusó a atender el caso y los ignoró. Esto sin duda marcó un precedente, pues ya no se podía considerar el mensaje de Pablo como algo ilegal, y Pablo pudo estar por muchos días allí.
Después de esto, Pablo navegó con Aquila y Priscila a Siria, y después a Éfeso, y de ahí a Jerusalén, queriendo guardar la próxima fiesta, probablemente la Pascua. Y al despedirse, usó una frase, si Dios quiere. Para Pablo esto era más que un cliché religioso.
Era una de las fortalezas y estímulos de una vida y ministerio cristiano. Como creyente en Cristo, saber y hacer la voluntad de Dios es una de las mejores bendiciones de la vida.
