La felicidad volvió a Jacob
Meditación sobre Génesis 45:17-46:7 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Génesis 45:17-46:7
Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán; y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de la tierra.
Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a vuestro padre, y venid. Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra.
Y lo hicieron así los hijos de Israel; y les dio José carros conforme a la orden de Faraón, y les suministró víveres para el camino.
A cada uno de todos ellos dio mudas de vestidos, y a Benjamín dio trescientas piezas de plata, y cinco mudas de vestidos.
Y a su padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.
Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y él les dijo: No riñáis por el camino. Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre. Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto.
Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los creía. Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió.
Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.
Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos.
Y se levantó Jacob de Beerseba; y tomaron los hijos de Israel a su padre Jacob, y a sus niños, y a sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo.
Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo; sus hijos, y los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto.
José se ha reconciliado con sus hermanos, el amor, y por tanto el perdón, han predominando por sobre toda ofensa, se han gozado el uno con el otro, la felicidad es plena, no hay rencor por parte de José y la envidia de sus hermanos ha quedado atrás.
El Señor sembró en sus corazones el perdón, la reconciliación y el amor de Dios, solo falta que su padre Jacob, hoy Israel, sepa de la existencia de José y la felicidad estará completa. Faraón ha visto con buenos ojos la invitación a que viva toda la familia en Egipto y ha dado su visto bueno para que se den grandes provisiones que garantizan su regreso a Egipto, una muestra más de la providencia de Dios hacia su pueblo.
Y es así como inician la marcha a la presencia de Jacob para darle la buena noticia de que su hijo José vive y es señor de toda la tierra de Egipto y que solo Faraón está sobre de él.
Es fácil imaginar la incredulidad de Jacob sobre todo lo que ha ocurrido, del engaño que ha sufrido durante todos estos años, de como han Sido tratados sus hijos al ir a solicitar el sustento, de tener que ceder ante la petición de que su amado Benjamín se aparte de su lado…, pero al ver los carros de provisiones y todos los regalos que le llevan dice la palabra de Dios que su espíritu revivió y exclamó : Basta; mi hijo José vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera. Gn.45: 28
Y salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificio al Dios de su padre Isaac. Gn. 46-1
Nuevamente vemos la fe de Jacob a Dios pues al salir de Canaán la tierra prometida lo primero que hace es ofrecer sacrificio a Dios, poner en sus manos la visita a su hijo amado, toda empresa emprendida por los hijos de Dios debe ser puesta en sus manos, pues aquel que solo confía en sus fuerzas estará destinado al fracaso, así nosotros hoy en día y por siempre estamos en sus manos y Él conforme a su voluntad nos llevará a buen fin en su criterio y sabiduría ya que es quien dice «si es si, será si; y si es no será no.
Y Dios no le falla a Jacob pues estando en Beerseba le habla, da instrucciones y confirma el pacto que hizo con sus padres, Abraham e Isaac y ahora con él, y le dice:
Dios es fiel, y Jacob lo sabe, pues obedece aún cuando al parecer lo lleva en sentido contrario puesto que lo está alejando de la tierra prometida, pero por la historia hoy nosotros somos privilegiados y sabemos que la familia de Jacob saldrá de Egipto como Dios lo prometió y de ser tan solo una familia saldrán como el pueblo de Dios como una gran Nación.
Y es así como llegan tan solo 70 miembros de la familia de Jacob a las tierra de Gosen.
Jacob es obediente a Dios, no duda en trasladar a su familia, con todo y bienes a Egipto, confía en Dios todo poderoso, también le dice el Señor que José cerrara sus ojos, dicho de otra manera, la muerte le llegará junto a su amado hijo y las promesas del Pacto no las ha de ver completamente, más recuerden que la fe es la confianza en lo que no se ve y la certeza de lo que se espera.
Confiemos plenamente en nuestro Dios, Él es fiel y siempre cumple en sus tiempos perfectos y nosotros recibimos sus bendiciones.