Somos hechura suya – Efesios 2:10

Meditación sobre Efesios 2:10 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Este pasaje describe la salvación soberana de Dios dada a cada creyente

El versículo 8 dice, que no era necesaria ninguna obra, ningún esfuerzo, ninguna acción, ninguna decisión, ninguna religión. Dios te salvó en Su amor y Su gran poder, por gracia.

El versículo 9, dice que tu salvación es «no por obras, para que nadie se gloríe» y

El versículo 10 ahora afirma que tu madurez, tu crecimiento, tu misma vida también fueron planificadas, predeterminadas, predestinadas.

El creyente tiene una nueva vida por Su gracia, así que no puedes jactarte de tu salvación o santificación.

La Iglesia Reformada ha insistido en que la justificación es por gracia mediante la fe y no por obras humanas.

¿Significa esto que nuestras buenas obras no tienen lugar en nuestra salvación?

La respuesta es no.

La teología reformada sana insiste en obras que siguen la justificación como consecuencia y evidencia de ella.

El mismo Espíritu que nos asegura que somos justificados también obra nuestra santificación.

La santificación la obra del Espíritu Santo que aplica los beneficios de la muerte y resurrección de Cristo a los creyentes.

Eso no significa que se elimina por completo la necesidad de obras.

¿Dónde encajan las buenas obras en nuestra salvación?

Veamos que nos dice el versículo 10. Comienza diciendo: «Porque somos hechura suya».

Con esto, Pablo está dando una razón final por la cual la salvación de los efesios nunca puede ser causada por ellos o por sus obras.
La primera palabra en español en el versículo 10, «porque», conecta este versículo con la clara declaración de Pablo en los versículos 1 al 9, de que la salvación no es por esfuerzo humano. No, su salvación y sus propias vidas son obra de Dios, son la creación especial de Dios.

«Hechura» es un término vívido que solo aparece en otra ocasión en el Nuevo Testamento, en Romanos 1:20, donde describe la obra de las manos de Dios en la creación o la naturaleza.
En Efesios 2:10, «hechura» describe la obra de Dios en la naturaleza humana.

El primero se refiere al trabajo físico de Dios en el mundo y el segundo se refiere al trabajo espiritual de Dios en el creyente.

«Hechura» describe el cambio transformador en la vida de los efesios cuando Dios los salvó por Su gracia.

La salvación fue más que una reforma (o cambio de forma), más que un cambio de propósito y más que un cambio de creencias; la salvación fue y es una transformación dramática en el centro de tu propia naturaleza.

2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.».

El propósito de Dios para ti es muy personal; muy específico. Somos hechura «suya».
«suya» indica, que pertenezco a Cristo y Él tiene un plan personal para mí.

La salvación es Su obra específicamente para ti.
Ahora que eres salvo, le perteneces a Él, eres «hechura suya».

Dios no te ve como un gusano, sino como «hechura suya».

La palabra (ποίημα poíema) que se usó en la traducción griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, unas 29 veces, siempre significando un acto cuidadoso, un trabajo hábil o una obra de arte.

Recordemos que la ciudad de Éfeso albergaba una de las siete obras maestras del mundo antiguo. Pablo ahora les dice a los efesios, que se encuentran en la iglesia de Éfeso como la obra maestra de Dios.

Eres la obra de arte de Dios. Eres obra de Dios, Su obra maestra.

Le perteneces a Él y eres Su obra.

«hechura suya» difiere mucho de todas las obras humanas descritas en los versículos 1 al 9. Tú eres Su obra, Su pintura, Su escultura, Su creación y de nadie más.

Recuerde como discípulo, como pastor, como pastor, como anciano, como diácono, como compañero, como padre, cada cristiano es “Su obra maestra”. Son Sus obras, hechas de manera única para Sus propósitos, no para los tuyos.

Dios ha preparado nuestras buenas obras.
Dios las ha preparado desde antes de la fundación del mundo en su decreto eterno.
Ha preparado cada una de nuestras buenas obras, no solo en general, sino definitivamente.
Él preparó buenas obras para toda la iglesia y para cada creyente individual.

Estas buenas obras manifiestan la completa gloria de Dios en Cristo.
No solo preparó las buenas obras, sino que también nos preparó para las buenas obras.

Así que cada uno de nosotros como creyentes está siendo preparado por Dios para el trabajo que tiene en mente para nosotros.

El propósito es que caminemos en buenas obras. Andar en buenas obras significa que vivimos con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas de acuerdo con el consejo de Dios para Su gloria y el beneficio de los demás.

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