Confirmados en la fe en Cristo
Meditación sobre Colosenses 2:1-7 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
CDMX, viernes 22 de octubre de 2021
En estos días vemos que algunas personas tienen que estar atentos a las indicaciones que se dan en los medios de comunicación de peligros inminentes, en las costas por huracanes, en las montañas por las lluvias y los deslizamientos de tierra, en las cercanías de algún volcán por la erupción de lava y ceniza, etc. Así nosotros los cristianos encontramos que la palabra Dios nos advierte de los peligros que corremos.
Por ejemplo, en la biblia en Mateo 7:24 encontramos estas palabras:
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Encontramos que el señor nos llama a estar atentos, a escuchar su palabra y a ponerla en práctica, seamos prudentes desechemos todo aquello que nos impida escuchar.
Edifiquemos sobre la roca, construyamos sobre la base firme del conocimiento de las escrituras y vivamos nuestra vida de acuerdo a la voluntad de nuestro Dios.
En el versículo 1 de nuestro pasaje en Colosenses 2 leemos:
1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;
Cuando el Apóstol Pablo dice que tenía una gran lucha, no era de que Pablo peleara con otras personas, se refiere a que se preocupaba por los cristianos de Colosas y Laodicea, en su lucha diaria por ser fieles seguidores de Cristo, era una preocupación espiritual. Pablo oraba por todos los cristianos, aun por aquellos que no lo habían conocido, pero que habían aceptado a Cristo por fe.
En los versículos 2 y 3 de nuestro pasaje en Colosenses 2 leemos:
2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,
3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Los cristianos de Colosas vivían en medio de un mundo lleno de filosofías, ritos y tradiciones de las culturas griega y romana. Esto nos sucede también a nosotros en la época actual. El Apóstol oraba para que el Espíritu Santo consolara a los cristianos y los capacitara para sobrellevar las situaciones difíciles a las que se enfrentaban en su diario vivir.
Los exhorta, los llama a estudiar la palabra día a día para ser llenos de la sabiduría de Dios y en amor sobrellevarse unos a otros, unidos en amor, creciendo juntos en la verdad.
En el versículo 4 de nuestro pasaje en Colosenses 2 leemos:
4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
En tiempos de los Colosenses como ahora muchas corrientes filosóficas decían la verdad y el conocimiento, se escuchaba a falsos maestros pregonar que tenían la verdad, que ellos si eran los buenos y trataban de persuadir a los cristianos con ideas tentadoras y novedosas.
El Apóstol Pablo reconoce que los Colosenses han sido constantes, en orden a pesar de todas las tentaciones, ellos se han mantenido en la fe.
Pablo les advierte de los peligros de ser engañados, por lo que deben ser cuidadosos, celosos guardianes de la palabra para no caer en engaños.
Les explica que, aunque esté ausente físicamente, él está orando pidiéndole a Dios que los fortalezca espiritualmente para que no decaiga su ánimo.
En los versículos 6 y 7 de nuestro pasaje en Colosenses 2 leemos:
6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;
7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
El Apóstol Pablo les recuerda que solo a través la sangre preciosa que Cristo derramo en la cruz es que somos salvos y que debemos seguir día a día fielmente sus pasos, santos, apartados para Dios, dejando que Cristo sea el señor de nuestra vida.
Él es nuestra base, nuestro ejemplo a seguir, estudiemos la palabra de Dios para que su Espíritu nos revele cuál es su voluntad y así podamos crecer, reflejando su amor a las demás personas.
Sabemos que, al estudiar su palabra, Dios nos revela lo necesario para nuestro bienestar aquí en la tierra como en la eternidad, en ella hemos aprendido a creer y a crecer en la verdad, al aprender lo que Cristo enseñó.
El Apóstol Pablo les dice a los colosenses y a nosotros también que estemos bien arraigados en las enseñanzas correctas que hemos aprendido al estudiar y escudriñar la palabra de Dios.
En Sn. Juan 8: 31 y 32 podemos leer:
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
El señor Jesús nos exhorta a estudiar la palabra y ponerla por obra para que seamos realmente sus discípulos, conociendo la verdad.
Que nuestra forma de vivir y nuestras acciones demuestren a los que nos rodean que Cristo está en nuestro corazón.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.