Si se humillare mi pueblo – 2 Crónicas 7:14

Meditación sobre 2 Crónicas 7:14 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

Para entender cualquier pasaje de la Escritura, un elemento imprescidible es conocer el contexto.

Tenemos un contexto inmediato: los versículos antes y después — para ver como se relaciona el pasaje con la historia general.

Y tenemos el contexto histórico y cultural: cómo era entendido ese pasaje por su audiencia original a la luz de su historia y su cultura.

Entonces, cuando se cita un texto de forma aislada puede significar algo sustancialmente diferente que cuando se toma en contexto.

Al estudiar 2 Crónicas 7:14, primero tenemos que considerar el contexto inmediato.

Después de que Salomón dedicó el templo, Dios se le apareció y le dio algunas advertencias y garantías.
Dice el pasaje:

“Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio.
Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo;
si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”.

El contexto inmediato de 2 Crónicas 7:14 muestra que el versículo está relacionado con Israel y el templo y el hecho de que de vez en cuando Dios podría enviar un juicio sobre la tierra en forma de sequía, langostas o pestes.

Ahora, para interpretar la Escritura correctamente no sólo es importante considerar el contexto inmediato, sino considerar también su contexto histórico.

La Biblia relata historias de personas reales, que vivieron hace muchos tiempo en culturas muy diferentes a la nuestra.

Este pasaje de las Escrituras del Antiguo Testamento es frecuentemente mal usado porque se presta poca atención a su contexto histórico y cultural, y a menudo se utiliza hoy en día en las reuniones de oración en forma aislada.

Al considerar el contexto histórico, vemos que 2 Crónicas 7:14 es una promesa a Israel: le dice que si se arrepienten y regresan al Señor, Él los rescatará, como nación en su conjunto.

Muchos cristianos han tomado este versículo como un grito de guerra para su propio país.

Según esta interpretación, los cristianos son las personas que invocan el nombre de Dios.

Y dicen:
«Si los cristianos se humillan, oran, buscan el rostro de Dios, y se arrepienten, entonces Dios sanará su tierra». A menudo se espera una sanidad moral y política, así como una sanidad económica.

La cuestión es: ¿Se trata de una interpretación / aplicación adecuada?

Esta moderna interpretación “occidentalizada”, presenta un problema: nuestro país (Mexico, Colombia, Estados Unidos, Argentina, Venezuela o…) no tiene la relación de pacto con Dios que el antiguo Israel tenía.

El pacto con Israel era único y exclusivo. Los términos que aplicaban a Israel simplemente no aplicaban a ninguna otra nación, y es inapropiado que estos términos sean apropiados y aplicados a una nación diferente.

Alguien podría decir que los cristianos llevan el nombre de Dios y, que de alguna manera, han heredado el pacto con Israel, o que hemos sido injertados — y esto puede ser cierto hasta cierto punto. Pero el pueblo cristiano habita en todo el globo terraqueo y no tiene una tierra en común. Ese sería otro tema, que debemos revisar.

Hay otro problema que a menudo se pasa por alto.

Cuando el antiguo Israel se arrepentía y buscaba al Señor, lo hacía en masa. La nación en su conjunto se arrepentía. Seguramente no todos los israelitas se arrepentían y oraban, pero aún así era un arrepentimiento nacional.

Nunca hubo indicios de que una pequeña minoría de la nación (un remanente justo, dicen) pudiera arrepentirse y orar y que el destino de toda la nación cambiaría. Dios prometió la liberación cuando toda la nación se arrepintiera.

Cuando 2 Crónicas 7:14 se aplica cualquier nación moderna, por lo general es con el entendimiento de que los cristianos de esa nación — los verdaderos creyentes en Jesucristo, que han nacido de nuevo por el Espíritu de Dios — constituirían ese remanente justo.

Pero ésta promesa no indica que si un remanente justo se arrepiente y ora por su nación, que la nación cualquiera que esta sea será salva. La promesa es muy específica.

Quizás si ocurriera el arrepentimiento nacional, entonces Dios perdonaría a una nación moderna como perdonó a Nínive por la predicación de Jonás (vea Jonás 3) — pero no es eso de lo que se habla en este pasaje.

Por otro lado, la sanidad que se promete es específicamente una sanidad de una tierra física, y por lo tanto no podemos tomar la idea de sanidad, generalizar y aplicarla como una promesa de avivamiento espiritual para cualquier nación donde haya cristianos. Simplemente porque eso sería un mal uso del texto.

Una vez dicho lo anterior, tenemos que reconocer, que en contexto general de la Biblia, las condiciones que Dios pone a Salomón en este pasaje son cosas que siempre debemos hacer.

Los principios espirituales de la humildad, el arrepentimiento, la oración, el perdón y la sanidad son todavía relevantes para nosotros hoy en día.
Pero es necesario que entendamos que la promesa vinculante de este pasaje era para otro pueblo en otro tiempo y en otro lugar.

Nunca está mal confesar nuestros pecados y orar — de hecho, es nuestro deber como creyentes confesar continuamente y abandonar nuestros pecados para que no nos obstaculicen (Hebreos 12:1), y orar por nuestra nación y por las autoridades (1 Timoteo 2:1-2).

De hecho, si una nación está en problemas, una respuesta en oración y arrepentimiento por parte de los cristianos de esa nación, siempre es apropiada.

Dios en Su gracia seguramente bendecirá a nuestra nación.

Como creyentes, la Biblia nos garantiza la salvación personal en Cristo (Romanos 8:1), y también se nos garantiza de que Dios nos usará para cumplir Sus propósitos, sean cuales sean.

Es nuestro deber como creyentes vivir vidas santas, buscar a Dios, orar y compartir el evangelio y, de hecho, todo esto viene como consecuencia de haber creido.

Pero la Biblia no garantiza la salvación política, cultural o económica de nuestra nación.

Dios se agrada cuando oramos por los demás, por nuestros líderes, y por nuestro país.
Dios desea ver a la gente humillarse y arrepentirse, para que sean salvos por la fe en Cristo y lleguen al conocimiento de la verdad.

Pero no debemos confundir el país en el que vivimos ahora con el reino de Dios, incluso si fuera el mejor país del mundo y fundado en principios bíblicos.

El verdadero principio bíblico es que cuando se arrepienten las personas, los tiempos de refrigerio y bendición vendrán.

De eso hablaba Pedro en su discurso en el pórtico de Salomón:

En Hechos 3:19-20

«Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,»

Si. Debemos orar para que el arrepentimiento y avivamiento se apodere de nuestra tierra para que el perdón de Dios, la gracia y la sanidad lluevan sobre nosotros.

Pero utilizar 2 Crónicas 7:14 como el versículo que invoca la promesa de Dios y la garantía de que esto ocurra de manera exacta como lo hizo con el antiguo Israel no es una aplicación apropiada.

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3 thoughts on “Si se humillare mi pueblo – 2 Crónicas 7:14

  • Excelente explicación es de gran ayuda , hay alguna manera de recibir las enseñanzas por correo? Es decir como suscribir se a su blog. Gracias

  • Gracias por esta explicación,es de gran bendición para mi vida,me confirma todo.

Comentarios cerrados.