El reino de Dios está entre vosotros

Meditación bíblica basada en Lucas 17:20,21 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
Lucas 17:21

Con mucha frecuencia, sentimos que encontrar a Dios, verlo obrar y experimentar Su presencia requiere mucho trabajo. Muchos creyentes pasan mucho de su tiempo buscando el próximo libro, servicio, canción, oración especial que los acerque más a Dios.
Esta búsqueda puede llagar a ser algo frustrante y agotadora.

Pero, no hay necesidad de rutinas complicadas o cualidades espirituales especiales.

Cuando hemos creído en Cristo Jesús como nuestro salvador, entramos a formar en parte de su reino o, dicho de otra forma, somos parte de su familia. Parte de su pueblo.
¡Su presencia, poder y paz viven dentro de nosotros!

A lo largo de toda la Escritura se hace referencia al «Reino de Dios».

Lucas 17:21 nos dice que el reino está entre nosotros,
Mateo 3:2 nos dice que el reino de los cielos está cerca,
Mateo 13:41 habla de arrancar, recoger y echar en el horno de fuego a todos aquellos que no pueden entrar en el reino,
y Marcos 1:14-15 cuando Jesús empezó a predicar decía: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio»

Estos son solo algunos de los muchos versículos que no hablan del reino de Dios.

Podemos describir el Reino de Dios como el su gobierno de Dios sobre todas las cosas.

Dios está a cargo del universo en que vivimos; él está en su trono y gobierna todas las cosas.

El propósito de Dios para nuestro mundo es que seamos parte de su reino.

Dios envió a Jesús para establecer su gobierno salvador aquí en la Tierra.
Jesús murió para triunfar sobre nuestro pecado, la muerte y Satanás.
Cuando estamos en relación con él, él reina en nuestros corazones, es decir, ejerce el gobierno.
Dios también nos llama a reunirnos como personas que son ciudadanos del reino de Dios.
Finalmente, Cristo promete venir por segunda vez para completar su reinado creando un cielo nuevo y una tierra nueva.

El gran misterio sobre el Reino de Dios es que se habla de él como algo que debemos anticipar y también como algo a lo que tenemos acceso actual en el aquí y ahora.

Por ejemplo, Mateo 6:10 en la conocida Oración del Señor, nos dice que oremos pidiendo que «venga el Reino de Dios y se haga Su voluntad en la Tierra como en el Cielo». Este texto nos recuerda que las cosas no son como deberían ser aquí en la Tierra.

¡Sin embargo, en Lucas 17:21 nos dice que el Reino de Dios está aquí en medio de nosotros!

¿Cómo podemos anticipar o pedir la venida del Reino de Dios pero también saber que el Reino está entre nosotros?

Esto es posible porque el Reino de Dios es el reino de Dios.

Dios es soberano y está trabajando en nuestro mundo para redimir a la humanidad y también en un tiempo futuro su obra terminará con el regreso de Cristo Jesús y la renovación de toda la creación.

En Lucas 17, los fariseos se acercaron a Jesús y le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios aquí en la tierra. Estas palabras tenían la intención de provocar a Jesús, incitándolo a probar que él era el Mesías produciendo el reino de Dios y, si no, querían que dejara de afirmar que él era el Mesías.

Seguramente los judíos que presenciaron esta conversación estaban familiarizados con el reino de Dios.

Conocían las muchas profecías que hablaban de la gloria de su Salvador que habría de venir. El mesías que ellos esperaban y que no podían ver aunque estaba frente a ellos.

¡Ansiaban ver el reino de Dios en la tierra!
Anhelaban que el Mesías estableciera un gobierno en la tierra.

Jesús les dijo esto a los fariseos: “La venida del reino de Dios no es algo que se pueda observar, ni la gente dirá, ‘Aquí está’ o ‘Allí está’, porque el reino de Dios está entre ustedes»

Al declarar esto Jesús estaba señalando a los fariseos su identidad divina. Jesús estaba dejando en claro que su presencia era lo que estaba trayendo su reino a la humanidad.
No pudieron reconocer al Mesías enviado por Dios, que estaba justo frente a ellos.

Estos fariseos dijeron que deseaban el Reino de Dios, pero no pudieron aceptar al Rey.
Tenían otras nociones preconcebidas sobre cómo era y debería ser el Reino de Dios.

Jesús les dice que estoy aquí, frente a ustedes, pero que todavía no pueden verme, lo que indica que el Reino de Dios es recibido por quienes tienen el corazón abierto.

Concluyo con las siguientes preguntas…

¿No vemos el Reino de Dios en nuestro trabajo porque tal vez Dios actua en forma diferente de lo que queremos o esperamos? ¿Están nuestros corazones abiertos para aceptar a Jesús como gobernante, como rey, de nuestras vidas?
¿Cómo podemos ser parte del Reino de Dios con lo que tenemos en la tierra?
Como podemos trabajar en el reino de Dios en esta tierra?
Estas preguntas deberían impulsarnos a profundizar y buscar el Reino de Dios un poco más, cada día.

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