El renuevo de la casa de David – Jeremías 33:14–17 y Lucas 2:1–6; 10–12

Meditación sobre Jeremías 33:14–17 y Lucas 2:1–6; 10–12 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

CDMX, viernes 17 de diciembre de 2021

En el siglo pasado las comunicaciones interpersonales eran más lentas, todo mundo se comunicaba por correo, esperábamos ansiosos la carta con la respuesta a una solicitud de negocios o de la entrada a una escuela o para saber cómo estaban nuestras familias.

Era un tiempo en el que debíamos tener paciencia, sabíamos que llegaría en cualquier momento el sobre esperado con la respuesta.

En la biblia en el libro Isaías 30: 18 dice:

18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros y, por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.

El Profeta le pide al pueblo de Israel que espere pacientemente al mesías y ahora también a nosotros a tener paciencia y que confiemos en las promesas del señor, sabiendo que Él tendrá misericordia de nosotros y nos contesta de acuerdo a su divina voluntad.

En los versículos del 14 al 17 del pasaje de Jeremías 33 dice:

14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.
15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.
16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.
17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.
18 Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días.

Dios promete que un descendiente de la línea de David sería el renuevo de justicia. Se confirma la profecía que hizo el profeta Natán haya en 2ª Samuel 7, Dios había prometido que el Mesías vendría del linaje de David. Un retoño del árbol caído, en el versículo nos dice que vendría un renuevo del linaje de David. Los judíos sabían que el nombre de “Jehová, justicia nuestra”, era uno de los atributos del mesías.

Él dirigiría al pueblo de Dios como un Rey justo, Él rescatará y dará seguridad a todo el pueblo de Dios.

Él reinará no solo sobre Jerusalén e Israel, sino también sobre toda la tierra, trayendo juicio y justicia, tanto para Judá como para Israel y habrá prosperidad, serán la marca de su reinado y este reino se extenderá a toda la tierra, no solo a los límites de Israel.

Vemos el cumplimiento de la profecía de jeremías la encontramos en el evangelio de Sn. Lucas.

En los versículos 1 al 4 del pasaje en Sn. Lucas 2 leemos:

1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama
Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;

En estos versículos Lucas menciona que César Augusto firmó una ley de impuestos que afectó a todo el mundo de aquella época. EL Cesar necesitaba dinero para sostener un ejército que controlase su vasto imperio, y también para poder pagar al mismo tiempo la vida de lujo en la gran Roma.

La referencia histórica que nos da Lucas, es que este censo fue primero hecho siendo Cirenio gobernador de Siria.

Todos debían subir a empadronarse en su ciudad de origen, de ahí que José que era de la familia de David subió a la ciudad de Belén.

En los versículos 5 y 6 del pasaje leemos:

5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

El viaje de Galilea a Belén no era un viaje sencillo, debían caminar por 4 o 5 días para cubrir los 120 km que había entre las dos ciudades, por senderos escabrosos nada fáciles para una mujer embarazada, aunque muchas personas estaban en camino de sus ciudades y podían acompañarse de algún grupo de viajeros, pero no dejaba de ser peligroso.

Al llegar a la ciudad se encontraron que no había un lugar donde quedarse, todo estaba lleno, por lo que debieron pasar a la parte de atrás del mesón, al refugio donde guardaban los animales para descansar del pesado viaje.

Lucas nos menciona que en estas difíciles condiciones María dio a luz a su primogénito, nos dice que al recién nacido lo acostaron en un pesebre, en un comedero para los animales, cuan sencillo fue este nacimiento.

En los versículos 10 y 11 del pasaje leemos:

10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

El ángel del señor, comunicó a los pastores, a las personas más humildes el más grande acontecimiento, las buenas nuevas del nacimiento del mesías, del salvador, el cumplimiento de la promesa.

Hermanos, no hay ninguna persona en el mundo que pueda reclamar el derecho a ocupar el trono del David. Solo Cristo es el único que tiene ese derecho y está sentado a la diestra de Dios, como nos dice el Salmo 110:1, donde leemos: El Señor dijo a mi Señor: «Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de mis pies». Él se encuentra hoy a la diestra de nuestro Dios intercediendo por ti y por mí, por todos nosotros, para que podamos estar en comunión de nuestro Dios.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

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