VIRTUD DE CLAUSTRO

Cuando encaramos el año nuevo, y tenemos que hacer planes y tomar decisiones, nos damos cuenta que no podemos confiar en una virtud de claustro, o en un pietismo de convento. Este tipo de piedad busca desarrollar la espiritualidad escapando del mundo, pensando que la maldad está en el mundo y sus estructuras, y olvida que el pecado está en el ser humano, individualmente y todas es actividades. Después de todo, el ser humano fue creado para formar sociedad, y los redimidos son hermanos porque son de la misma familia. Por supuesto, la sociedad es mala porque se compone de seis humanos. Podemos sospechar entonces, de ella, porque consiste de personas como nosotros.

Pero, no podemos huir de ella, porque formamos parte de ella. Los claustros y los conventos llegan a ser centros de pecado porque todos los que allí van son pecadores, asiduos y experimentados. Y el hábito es tan fuerte que no lo pueden dejar. Los pecados de convento son peculiares en su expresión no son lo mismo de las otras sociedades sin embargo, en su raíz son igualmente rebeldía y desobediencia como todos los demás.

Ahora que viene el año nuevo, y ya estamos trabajando en nuestros calendarios. Es demasiado obvio que tenemos que planear vivir y actuar cristianamente en una sociedad de pecadores. Tenemos que ser realistas y planear nuestras actividades, poner nuestras metas y definir objetivos a sabiendas del mundo en que vivimos como pecadores. Y en esta situación tenemos que aprender a ser obedientes y cumplidos.

Ser realista no es lo mismo que ser pesimista. Lejos de ello, los cristianos somos realistas optimistas. Para el bien del mundo y todas sus sociedades, Dios nos llamó a ser obedientes y cumplidos donde nos ha colocado. No es legítimo abandonar nuestro puesto, tenemos que ser cristianos donde quiera que estemos. Tenemos que anticipar estas situaciones y pensar cómo vamos a ser obedientes y cumplidos en ellas. Lo podemos hacer, y Dios nos ha prometido la victoria. Acabamos de celebrar la Navidad; esto nos orienta y fortalece.

Vamos a hacer nuestros calendarios, y vamos a planear nuestras actividades. Vamos a penetrar en el mundo, para el bien del mundo, con confianza y valentía. En este mundo vamos a ser obedientes y cumplidos. No habrá un pietismo cobarde de claustro. Más bien, planeamos como dijo Santiago (4:15), “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo 28 de diciembre de 2003.


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