Cuarto mandamiento – Éxodo 20:8-‬11

Meditación sobre Éxodo 20:8-‬11 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

El día de reposo se menciona desde el libro de Génesis, y podemos apreciar que Dios hizo su obra en seis días y al séptimo  descansó,  al dar la Ley nos ordena realizar nuestros trabajos los primeros seis días y el séptimo guardarlo para Él.

Uno de los conflictos más fuertes que tuvo Jesús con los fariseos es que sus discípulos en el séptimo día buscaban alimento, y que Él mismo curaba en día de reposo, a lo cual Jesús se justificó mencionando como ellos ante una emergencia actuaban para salvar a un animal que caía en desgracia, o ver por un enfermo como lo hacia Él, es definitivo que el día de reposo sigue siendo válido pues es parte de la instrucción que Dios da para adorarle y amarlo  correctamente, más no es requisito para nuestra Salvación pues esta la recibimos por gracia y por tanto es gratuita.

En su sabiduría el Creador conoce el diseño que ha hecho en el hombre y su necesidad física de descansar así que le da un día para hacerlo y cuidar de su salud, pero también sabe de su necesidad espiritual de estar cerca de Él y que requiere de esa comunión para su crecimiento y fortalecimiento por lo que también la atiende dando esa orden de consagrar el sábado, en un principio y después como testimonio de la resurrección de Jesucristo, el domingo para tener ese alimento y descanso en los brazos de nuestro buen Dios

En el libro de Éxodo se nos exhorta a amar a Dios de la manera correcta y la da un orden a nuestra vida, e incluye a toda su creación, todos deberán guardar el día de reposo incluyendo al extranjero que se hospede en nuestras casas, aún los animales de carga deberán descansar, pareciera que el día de reposo queda excluido en el Nuevo Testamento, más no es así, recordemos que el pueblo de Dios tenía que recordar y meditar en la liberación de la esclavitud de la que  los sacó el Señor por lo cual tenia que meditar en su salvación, en lo que Dios había hecho por ellos, y así acrecentar el amor a  Dios.

Hoy en día, guardamos el día de reposo, alabando a Dios, promoviendo las enseñanzas de su palabra y lo hacemos el domingo, día del Señor, en el cual se culmina la redención de nuestros pecados al resucitar el señor Jesús, cumplir el cuarto mandamiento para el cristiano va más allá de guardar un día, pues ese día se ha de santificar reuniéndose congregacionalmente para alabarlo, teniendo  la disponibilidad de escuchar  su palabra, de participar de los sacramentos y de la oración por las necesidades de las naciones y de su pueblo, y ofrendar para el extendimiento de la obra redentora de Jesús, honrando al Creador con nuestras ofrendas y diezmos.

El día de reposo es liberarnos de nuestros trabajos y confiar en que todo cuanto tenemos viene de su mano, es enriquecer nuestra relación con Dios a través del conocimiento de su Ser, es el dedicarle un séptimo de nuestra existencia terrenal llevar en nuestro diario vivir su amor por nosotros sus escogidos.

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