Ser amables – Éxodo 23:1‭-‬13‬‬

Meditación sobre Éxodo 23:1‭-‬13 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

1 No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios; ni al pobre distinguirás en su causa.
Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo.
No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito. De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío. No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos.
Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.
10 Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; 11 mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar.
12 Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. 13 Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.

Podemos observar que el Señor nos manda guardar nuestro andar diario, dentro de un marco moral que Él establece, y comienza con no participar de rumores falsos pues estos son dañinos, ni siquiera es escucharlos, mucho menos repetirlos ya que al decirlos estamos siendo testigos de quien los pronuncia con un mal propósito. Nuestro andar por la vida diaria debe ser de la manera correcta, lo honra, el ser benévolo con nuestro adversario, habla del amor de Dios recibido en nuestra persona ya que nos ha perdonado de toda ofensa  y nos ama.

En aquella época, y muy probablemente en esta, el  extranjero como la viuda y el huérfano eran la parte débil de la sociedad y quienes por su condición no podían tener propiedades, estos era motivo de discriminación, una sociedad dura con el débil y desprotegido, donde Dios manda ser condescendiente y amoroso por qué cómo ya lo hemos visto antes Él no hace distinción de personas y busca que todos tengan un mismo trata justo y amable. También nos habla de no aceptar reconocimientos por nuestras virtudes, cuánto menos cuando estamos en algún cargo público o de cierta autoridad, pues los dones primeramente fueron dados por Dios para su servicio, por lo que debemos ponerlos principalmente al servicio de nuestro Señor a través de servir al hermano, y antes que nada son para gloria de Dios, por lo que no debemos envanecer nuestro ser. También al recibir algún presente podríamos sentirnos comprometidos de alguna manera con la persona que nos lo da y no ser justo o totalmente imparciales al tener que realizar alguna acción o actividad, nuestra mente y criterio deben estar totalmente libre de cualquier cosa que lo nuble.

Y otra situación de esta porción de la palabra de Dios es el séptimo día de descanso, trasladándose al   séptimo año en el que dejarás el fruto de la cosecha para los necesitados, para todos aquellos que al no tener una propiedad tampoco la oportunidad de tener cosecha y para que los animales también puedan comer. Y termina diciendo que nuestros labios no deben pronunciar mentira alguna. Nuestro Señor nos llama a ser humanitarios, y si bien  somos obedientes en nuestra vida sería más llevadera con nuestro prójimo y daremos testimonio de que somos del pueblo de Dios.

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