El QUE NACIÓ REY

Cuando usamos la frase que es el título de este editorial, lo que sugerimos es que la persona que nació, nació para ser rey. En la navidad celebramos el advenimiento del Rey que nació. No nació para ser rey; más bien, nació siendo Rey.
La diferencia es más que un juego de palabras. Jesús era Rey antes de nacer. No solamente tenemos que afirmar la preexistencia de Cristo, sino también su prexistencia como Rey. Los magos tenían correcto este hecho, cuando preguntaron ¿dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Ellos sabían que alguien había nacido rey, y que no tenía que esperar la muerte o abdicación de su padre para serlo. Sabían que el que había nacido ya era Rey.
Quizá es esto lo que tanto espantó a Herodes. Los magos no le preguntaron por un futuro rey, alguien que, tal vez, pudiera tomar el lugar del mismo Herodes. Más bien preguntaron dónde estaba el Rey de los Judíos, el que había nacido, el que ya existía y que era Rey. Herodes tenía que pensar en que ya estaba remplazado como rey, y no algo que pasaría en alguna fecha del porvenir.
Aunque no le gustaba la idea, es cierto que Herodes tuvo que haber pensado en que algún día tenía que dejar su lugar a otro. No pudo haberse engañado tanto que pensara que no iba a morir. Seguramente sabía esto. Su locura y orgullo eran grandes, pero no tanto. Sin embargo, no aguantaba la idea que otro fuera Rey, mientras él todavía vivía.
Mandó a los soldados a matar a todos los niños nacidos en estas fechas, no para que éste no llegará a ser rey, sino porque ya era Rey.
Herodes, seguramente, algo sabía acerca del Mesías. Era experto en el pensamiento judío, y era medio judío. Fue criado en esta zona. Por eso, preguntó a los principales sacerdotes y a los escribas acerca de dónde había de nacer el Cristo, (el Rey, el Mesías) y ellos respondieron citando la Biblia.
Herodes no tuvo duda acerca de la verdad de la profecía, (muy diferente de los llamados eruditos en el día de hoy) y de inmediato empezó a tomar las precauciones necesarias, para contravenir las profecías. Su miedo y odio le llevaron a perpetrar una vergonzosa mascare, que llegó a ser su verdadera fama, pero no pudo acabar con el Rey que había nacido.
Dios muestra, en la palabra de la Biblia, que Jesucristo es el verdadero Rey, que nació para efectuar nuestra prometida salvación. Lo hizo, cumplió con todo. En esta Navidad tenemos que rendir culto, adoración y alabanza a nuestro Rey, que nació Rey.

Iglesia Nacional Presbiteriana, boletín Buen Óleo 18 de diciembre de 2022.

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