
LA GRAMÁTICA DEL CULTO
No se puede hablar con vocabulario solamente. Las palabras solas no bastan. Es necesario saber cómo ligarlas, combinarlas y, aun cómo formarlas. El estudio de la manera de relacionarlas se llama gramática y para comunicar algo este estudio es indispensable. Aun el orden de las palabras es significativo, pues cambiando el orden de las palabras hace que se comuniquen conceptos muy diferentes, a veces no deseados.
Conocí una vez a un misionero, o por lo menos quiso ser misionero, que dejó de estudiar el español después de algunas lecciones porque: “enseñan solo la gramática”. Decidió aprender el vocabulario, y día a día aprendió, con mucha diligencia, varias palabras nuevas, logró tener en un vocabulario impresionante, pero nunca aprendió hablar castellano.
Pero no solamente la Lengua es la que tiene su gramática. Es muy importante, por ejemplo, en la producción de películas y aun en documentales. Con la gramática se estructura su argumento. Cualquier programa en que su realización feliz depende del correcto orden de los eventos o escenas necesita una gramática. Cada programa que involucra la participación de varios actores necesita determinar el orden de su participación. Y es posible que el éxito del programa dependa, por lo menos en parte, de la exacta realización de este orden. De la misma manera no se pueden combinar las palabras en un orden al azar y esperar una exitosa comunicación, tampoco sería posible lograr un buen programa presentando a los participantes de esta manera. Esto se ve claramente en las bodas. No se puede empezar con el lazo, luego el cambio de anillos, para terminar con la marcha nupcial. Una boda bien realizada cumple con su gramática.
Para realizar un culto necesitamos un “orden del culto”. Pues este orden del culto es su gramática. La gramática es lo que determina el orden. “Un orden del culto” al azar es más bien un desorden del culto. Aunque, también es cierto que el hacer el orden “al azar” realmente obedece a una gramática del culto, que está subyacente y presupuesta, aunque inconscientemente. Es muy interesante notar cuán semejantes son los órdenes del culto hechos al zar, casi idénticos.
Si hay una gramática del culto, no es conveniente insertar, intercalar o extraer un elemento al último momento. Por supuesto, las exigencias de las situaciones a veces exigen esto, y tenemos que aguantar sin muchas protestas, pero se debe evitar en todo lo posible. Se oye, en ocasiones, que para acortar el culto se elimina este o aquel número del programa, o cantar un himno menos sin darse cuenta que el himno puede estar en un lugar estratégico en la realización del culto, seleccionado por su música y palabras.
La idea del culto, su definición, tiene mucho que ver con su gramática. El estudio de esta gramática se llama, hoy en día, la litúrgica. Por su historia y etimología, no me gusta mucho el término, pero el estudio es muy importante. Saber la gramática del culto debe ser parte de nuestros esfuerzos de ser “autoconscientemente” cristianos.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo domingo 9 de Julio 2023.