SUMISIÓN

La sumisión es el más alto nivel de compañerismo. Esto lo dice el Sr. Dallas Willard, en su libro The Spirit of the Disciplines (El Espíritu de las Disciplinas). Creo que tiene razón; me ha convencido.
La sumisión incluye humildad, honestidad, firmeza, honradez, confesión, transparencia, restitución, abnegación, y determinación, y muchas otras cualidades. En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, hay múltiples exhortaciones a la sumisión, y las exhortaciones tienen que ver con la más amplia variedad de situaciones humanas. Pedro resume esta actitud (en 1 Pedro 5:5) de esta forma: “todos sumisos unos a otros, revestidos de humildad, porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.
La idea de la sumisión no es, como muchas piensan, un sinónimo de obediencia. Si los escritores de la Biblia, inspirados por el Espíritu Santo, hubieran querido decir obediencia, habrían utilizado la palabra obediencia, tal como lo hacían en las ocasiones que querían decir obediencia. La sumisión, aunque a veces parece semejante, es algo diferente. La palabra en griego quiere decir el encontrar su lugar en la organización en lugar de tener una agenda personal, entregarse a la agenda de la organización, y encontrar su lugar en ella. El contexto principal de la palabra era la organización militar, donde la necesidad de esta actitud es obvia.
El que tiene su propia agenda, diferente de la organización, desde luego, no puede estar sumiso. Por eso, los apóstoles exhortan a los miembros de la iglesia a someterse a sus líderes, a los ancianos. Las organizaciones suelen ser, más que una jerarquía, una interrelación es una mutua sumisión, una red de relaciones sumisas. Este es el énfasis de la Biblia, por eso, casi siempre las exhortaciones son para una mutua sumisión. Esto es especialmente pertinente a la familia.
Para aplicar esto a un texto muy conocido entre nosotros ¿cómo sería si la mujer tuviera su propia agenda, (o si en marido tuviera la suya), que no fuera la de la familia, o del matrimonio? Por supuesto sería altamente destructivo para la familia. (Un comentario aparte: esto es lo que tengo contra el llamado “feminismo”, pues insisten en que la mujer, casada o no, tenga su propia agenda, aunque derrumbe el matrimonio). Seguramente este era el contexto de Efesios 5:21-22, una sola oración que dice “Someteos unos a otros en el temor de Dios, las casadas a sus propios maridos, como al Señor”. Las palabras “estén sujetas”, en nuestras versiones, no están en griego. La idea es que las mujeres no tengan su agenda particular, sino del matrimonio, junto a su marido. Pablo exhorta a las mujeres que cumplan con su parte en la mutualidad de la sumisión, en lo de someterse los unos a los otros. Los maridos no estén exentos de esta mutualidad, de este someterse los unos a los otros. Todos tenemos que practicarlo, en todos los aspectos sociales de la vida.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo domingo 22 de Octubre 2023.

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