AUTORIDAD

En el sistema de gobierno, que creemos que la Biblia enseña, en cuanto a la iglesia, la fuente de autoridad es la Palabra de Dios, ya que ésta expresa la voluntad de Cristo, su Rey. Pero Cristo ha otorgado a la iglesia misma el ejercicio de esta autoridad, en cuanto a su operación y funciones, dentro de los límites de la Palabra, por supuesto, y en las direcciones que ella indica. Le es una seria responsabilidad, y tiene que asumir esta responsabilidad no la puede soslayar. La responsabilidad es para la iglesia misma, y no solo para el pastor y unos cuantos oficiales.
La iglesia, en sus reuniones congregacionales asume y ejerce esta autoridad.
En su organización, la iglesia misma, la congregación, es la fuente de la autoridad y delega las responsabilidades y el ejercicio de esta autoridad a los oficiales elegidos. Para funcionar una iglesia necesita organización y estructura, aún para realizar una reunión o un culto. Es decir, la iglesia para que cumpla con su tarea tiene que organizarse. La Biblia indica que esto se hace por medio de la elección de ancianos y diáconos, y los ancianos son de dos tipos, los que gobiernan y los que enseñan. A los últimos los solemos llamar pastores. Una de las más serias responsabilidades de la iglesia en el ejercicio de la autoridad es la de elegir sus oficiales.
Aunque la congregación es la fuente de la autoridad organizacional en la iglesia, su ejercicio es delegado a los oficiales. Por eso, en el sistema presbiteriano, el ejercicio original de la autoridad está en el consistorio, o sea, los oficiales tienen que ser responsables a la congregación. La descripción de las personas que ocupan estos puestos está dada en la Biblia, en las cartas de Pablo, especialmente en sus cartas a Timoteo y a Tito. Algunas de sus funciones están determinadas por la Biblia, otras por la tradición, esto es, por la acumulada experiencia de la iglesia, y unas cuantas funciones por la situación y la cultura en que se halla la iglesia local. Pero en todas sus funciones, el oficial elegido por la iglesia es responsable a la congregación, los pastores también.
Normalmente la responsabilidad es ejercida comunalmente; el consistorio (ancianos y diáconos) funcionan en conjunto y responden en conjunto. Una parte importante de esta responsabilidad es el informe del tesorero y la aprobación del presupuesto, ya que el manejo de los recursos es siempre la expresión de una filosofía subyacente, y revela su sistema de valores. Aún más, el manejo de los recursos es una mayordomía encargada a nosotros por Dios mismo, y es una solemne compromiso de parte de toda la iglesia.
Esto, junto con la elección de nuevos oficiales, hace que sea una responsabilidad de todos los miembros asistir y participar en la reunión congregacional.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith. Boletín “Buen Óleo“ publicado originalmente domingo 24 de enero, 2010.

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