Donde yo estoy, ustedes también – Juan 14:1-3
Serie: Promesas de Jesús para su pueblo
Donde yo estoy, ustedes también – Juan 14:1-3
Meditación sobre Juan 14:1-3 por el A.I. José Arturo Medell
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Muy buenos días, José Arturo Medell Espinosa, le saluda, Anciano, en receso de la, Iglesia Nacional Presbiteriana de México Berith.
Estamos meditando sobre las promesas de Jesús a su pueblo y en esta ocasión Jesús tiene una conversación con sus discípulos, como el maestro normal, extraordinariamente normal, con sus discípulos y les hablará de nuevas promesas para ellos estaremos, meditando sobre el capítulo 14 de Juan en la versión Bíblica Reina Valera de 1960.
Voy a darle lectura para que pasemos a este espacio:
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Hasta aquí la lectura, ustedes deben de continuar leyendo todo el capítulo, porque en este capítulo se encierran grandes promesas grandes indicaciones, grandes revelaciones de Jesús.
De quién es él, por espacio y tiempo no podemos meditar en todo el capítulo, pero ustedes podrán leerlo y conocer, recordar, aprender, confiar, amar, estas promesas de Jesús en este pequeño pasaje que estudiaremos y meditaremos.
Jesús está hablando con sus discípulos, pero aquí mismo les revela a ellos una gran condición para que su fe se fortalezca, empieza diciendo, no tengan miedo, no tengan temor, que su corazón no divague, no tiemble, no se turbe, ¡por qué creéis en Dios! y si creéis en Dios deben seguir creyendo, en mí también y aquí va la enseñanza entonces. En la casa de mi padre, muchas moradas hay; si así no fuera yo os lo hubiera dicho.
Jesús está revelando que en el cielo -que donde él está, que donde él va a ir- hay moradas, y deberán ser preparadas para sus discípulos. Y da como asentado -y con toda verdad- diciendo que si esto no fuera cierto mejor no lo hubiera dicho, así que lo está diciendo para que ellos conozcan -para que nosotros conozcamos- qué va a preparar lugar para ellos y para nosotros.
Otra promesa es la que sigue, y si me fuere y os preparar el lugar vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo; la promesa del retorno de Jesús; va a ir a preparar lugar dónde está el Padre, a quien creemos y debemos seguir creyendo en Jesús. Va entonces a preparar y regresará y nos tomará a sí mismo. Fíjese la frase que sigue en presente, para que donde yo estoy, vosotros también estéis, el verbo, la afirmación, la frase “donde yo estoy”. Aunque va a ir a preparar lugar no dice “estaré”, no; dice “donde yo estoy” por qué él y el Padre son uno. Por eso inicia que debemos, creer y seguir creyendo en Jesús si creemos en Dios porque él está ahí con él en ese momento, aunque la promesa es ir a preparar lugar, pero ahí está, dónde están las moradas que irá a preparar para nosotros y para sus discípulos, esta es la promesa, entonces, yo estoy ahí, y ustedes también estén, en esa esperanza, en ese momento en ese lugar, Jesús enseña.
Así -repito la enseñanza- no se preocupen, confíen en Dios, confíen también en mí, sigan haciéndolo, en la casa de mi padre hay lugar para todos; si no fuera cierto no les habría dicho que; voy allá a prepararles un lugar.
Esta es la promesa, este es el momento, esta es la decisión que los discípulos deben de conocer para seguir creyendo en él, ya que siguen creyendo en Dios, después de esto volveré para llevarlos conmigo nos promete, los llevaré conmigo.
Así estaremos juntos para siempre con el Señor.
Esta es la promesa, el conjunto de promesas que Jesús da a sus discípulos, sigan creyendo en mí hay morada para ustedes, voy a prepararles ese lugar donde van a estar, voy a regresar para llevarlos conmigo y así estemos juntos.
Tome esta promesa para usted, el señor Jesús ya está preparando lugar para nosotros. Volverá por usted y por mí.