Perseverancia y fidelidad – 2 Timoteo 4:7
Meditación bíblica sobre 2 Timoteo 4:7 por el Pbro. Pedro Arcos Sánchez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Vamos a meditar la palabra de Dios que se encuentra en segunda de Timoteo capítulo 4 verso 7. Voy a dar lectura. Ustedes pongan atención.
He peleado la buena batalla. He acabado la carrera. He guardado la fe.
La segunda epístola a Timoteo es una de las cartas pastorales escritas por el apóstol Pablo. Se cree que fue escrita alrededor del año 67 después de Cristo. Esto sucedió en el segundo encarcelamiento de Pablo en Roma.
En ese momento Pablo sabía que su tiempo en la tierra estaba llegando a su fin. Y lo que él hace, Pablo, él quería motivar, animar a Timoteo, su hijo, su discípulo y su amigo, a perseverar en la fe y a continuar el trabajo que él había recibido por parte de nuestro Dios. Dice la Biblia, he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Esa declaración es un resumen de la vida del ministerio de Pablo. Él describe su vida como una batalla, una carrera y una lucha por mantener la fe. Dice, he peleado la buena batalla.
Pablo se refiere a la lucha espiritual que había enfrentado a lo largo de su vida y su ministerio. Él había enfrentado oposición, persecución y desafíos, pero había perseverado, había salido victorioso, no por sus fuerzas, sino por el nuestro Señor Jesucristo. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera.
Pablo describe su vida como una carrera que había terminado. Él había cumplido con su propósito, había alcanzado la meta que Dios había establecido para él. Y luego dice, he guardado la fe.
Pablo había mantenido la fe a lo largo de su vida y su ministerio. Él había sido fiel a Dios, había defendido el Evangelio, la verdad del Evangelio. Entonces, la conclusión de 2 Timoteo 4.7 es que, a pesar de los desafíos y las dificultades, podemos perseverar en la fe y cumplir con el propósito que Dios ha establecido para nosotros.
Pablo es un ejemplo de alguien que había peleado la buena batalla, había terminado la carrera, había guardado su fe, su vida y su ministerio. Son un testimonio de la fidelidad y la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Y de la misma manera, los que ejercemos algún ministerio en nuestra iglesia debemos confiar que Dios siempre nos respalda en las dificultades, en las pruebas.
