Culto de Adoración – 9:00 hrs. – Domingo 28 de Septiembre, 2025

MENSAJE EN AUDIO (Spotify)
Ver transcripción completa abajo …


Preludio

*Himno #196 “A ti la gloria”
*Llamamiento a la adoración: Salmos 100:1-5
*Oración de Invocación


Himno #89
“Tal como soy de pecador”
Advertencia: Oseas 12:1-12
Himno #362 “Quiero de Cristo más saber”
Promesa: Oseas 14:1-9
Himno #508 “Oh Cristo, anhelo agradarte”

Momentos Congregacionales
Saludos
Oración Congregacional

Avisos e intereses de la iglesia

Ofrenda
Himno #445 “Quiero darte mi ofrenda”
«Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.» 1 Corintios 9:7

Partición del Coro Berith


MENSAJE
COMO CONDUCIRSE Y AGRADAR A DIOS
1 Tesalonisenses 4:1-2
Pbro. Pedro Arcos

Bautizo y Recepción de Miembros

*Bendición apostólica
*Doxología # 435
“A la divina Trinidad”

Dirigen:
9:00 hrs. A.I Marcos Mercado Estrada
12:00 hrs Diác. Alfonso Abascal

COMO CONDUCIRSE Y AGRADAR A DIOS

1 Tesalonicenses 4:1-2

Lectura Bíblica y Oración

Vamos a buscar en nuestras Biblias, en primera de Tesalonicenses, capítulo 4, los versos 1 y 2. Seguimos estudiando el libro de Tesalonicenses. Hoy vamos a estudiar los versos 1 y 2. Voy a darle lectura que dice de la siguiente manera.

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros, cómo os conviene conduciros y agradar a Dios. Y así abundéis más y más, porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús. Vamos a orar.

Padre, te damos muchas gracias en esta mañana. Gracias por la oportunidad, pues, que tú nos das de adorarte, pero también queremos agradecerte por tu palabra. Queremos rogarte tu guía y tu dirección y que seas tú el que nos hables a través de tu palabra.

Y lo que voy a decir, Señor, que no sean mis ideas. Queremos agradecerte por todas las bendiciones que tú nos das. En Cristo Jesús oramos.

Amén.

El Fanatismo vs. La Espiritualidad Verdadera

Si tomamos en serio nuestra fe cristiana, es probable que algunos nos dirán fanático. No sé cuántos de nosotros han sido llamados así, pero estoy seguro de que muchos de nosotros pueden identificarse con eso.

Lo triste es que no sólo el mundo nos llaman fanáticos, porque nuestra fe, por nuestra fe, sino que a veces incluso dentro de la iglesia nos señalan así. Pero hay una diferencia entre un cristiano piadoso y un fanático. Un fanático no puede crecer espiritualmente a menos que deje de ser fanático.

La razón es que el fanatismo y la verdadera espiritualidad son contrarios. Para madurar en la fe es necesario abandonar el fanatismo y enfocarse en una relación auténtica con Dios. El problema es que si no sabemos distinguir entre un fanático y un creyente verdadero, podemos señalar a alguien que deberíamos admirar.

¿Cuál es la Meta del Creyente?

¿En cuántas iglesias Pablo habría sido considerado un fanático? Según el diccionario Larousse, un fanático es alguien que defiende sus creencias, opiniones, con mucha pasión y terquedad, sin pensar racionalmente. La palabra clave es ciegamente, lo que significa que no ve las cosas con claridad. Un fanático es alguien que se entusiasma demasiado con algo y lo defiende con mucha fuerza, pero sin sentido común.

Es como si estuviera corriendo hacia ninguna parte sin saber hacia dónde va. La definición también dice que un fanático es alguien que ha perdido de vista su objetivo y sigue esforzándose por alcanzarlo, pero sin rumbo, sin sentido. La diferencia es que el fanático actúa sin pensar, mientras que el creyente, piadosa, actúa con fe y sabiduría, basado en la palabra de Dios.

Este creyente podría ser tú. Quiere vivir de manera que Dios sea el que manda todo lo que hace. Que cada decisión que tome sea guiada por lo que Dios quiere.

Pero ¿es lo que Dios quiere de ti si eres cristiano? ¿Cuál es el objetivo que Dios tiene para tu vida? La respuesta la encontramos en la Biblia. Y la respuesta es muy sencilla, conducirnos para agradar a Dios. Dice el verso 1, por lo demás hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendiste de nosotros como os conviene conducirlos y agradar a Dios, así abundéis más y más.

Entonces, la respuesta es muy sencilla, es conducirnos para agradar a Dios. Esa es la meta suprema del creyente y eso es lo que Pablo les había enseñado a estos nuevos creyentes en Tesalónica. Ellos habían sido instruidos cuando Pablo, Silas, y Timoteo visitaron la ciudad por primera vez en Tesalónica.

Y en ese breve tiempo les enseñaron que debían conducirse para agradar a Dios. Pablo nos recuerda que nuestra vida debe ser un reflejo de nuestra relación con Dios. No importa si has sido cristiano durante décadas o si acabas de empezar este viaje espiritual.

La meta es, la meta principal sigue siendo la misma, agradar a Dios en todo lo que haces. Dios nos ha llamado a ser parte de su reino y a compartir su gloria. Eso significa que debemos vivir de manera que sea digna de él.

Vivir para Agradar a Dios

Nuestra vida debe ser un testimonio de nuestra fe y nuestra obediencia a Dios. Y esto implica tomar decisiones que reflejan nuestros valores y principios cristianos. Y vivir de manera que glorifiquemos a Dios en todo lo que hacemos.

Ya sea en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, en nuestras actividades diarias, debemos buscar agradar a Dios y honrar su nombre. Y esto es lo que Pablo enseñó a los tesalonicenses y lo que nos enseña a nosotros hoy en día. Pablo les ruega, les ordena que vivan para agradar a Dios.

Es como un capitán que da órdenes a su tropa, pero también lo hace con mucha ternura, como un buen pastor. Les recuerda que su ruego y su exhortación viene con la autoridad de Jesucristo. Es como si Jesús mismo le estuviera hablando a través de sus apóstoles.

Entonces nuestra meta en la vida es agradar a Dios, satisfacer sus expectativas según lo que él nos ha revelado en su palabra. No se trata de agradarnos a nosotros mismos, ni agradar al mundo. Pablo dice que no se puede vivir agradando a Dios, agradando al mundo al mismo tiempo.

Son dos metas contrarios. Es como tratar de ir en dos direcciones opuestas al mismo tiempo. Vivir para agradar a Dios no es sólo cumplir con reglas y deberes, es vivir de manera que Dios se sienta complacido con nosotros.

El Ejemplo de Jesús: La Esencia de la Vida Humana

Y eso es lo que hace la diferencia entre un fariseo y un cristiano. No sé si se dice correctamente la palabra así, una persona, un predicador o un teólogo, se llama John Piper, dice que agradar a Dios no es sólo un deber religioso, es la esencia misma de la vida humana. Una persona que no vive para agradar a Dios, él decía, es como un reloj que no da la hora.

No sirve para lo que fue creado. Así que mis hermanos, vivamos para agradar a Dios en todo lo que hacemos y esa es la meta suprema. Agradar a Dios es la esencia de la vida humana y el ejemplo más evidente de esa realidad es Jesús.

Es el modelo del ser humano perfecto. Jesús siempre lo hizo lo que agradaba a Dios, cuando esto implicaba su muerte en la cruz. En el huerto de Getsemaní dijo, Padre mío, si es posible, pasa de mí esta copa, pero que no sea mi voluntad, sino la tuya.

¿Podemos Agradar a Dios?

¿Puede alguien agradar a Dios? Algunos dicen que no. Algunos citan el libro de Isaías capítulo 64 versos 6, que dice que nuestras buenas obras son como trapos de inmundicia delante de él. Pero este versículo se refiere a aquellos que hacen cosas buenas sin fe ni sinceridad.

En realidad, Dios se agrada de aquellos que lo buscan con sinceridad y hace lo que es justo. Si alguien trata de ganarse la salvación a través de sus obras, entonces sí, sus obras son como trapos de inmundicia delante de Dios. Pero si eres un creyente que ha sido justificado por gracia y fe en Cristo y tratas de agradar a Dios, entonces ese versículo no te aplica.

La Gracia y el Poder para Agradar a Dios

Lo que agrada a Dios son aquellos que esperan en él, no aquellos que tratan de ganarse a favor a través de sus obras. Porque el cristiano no está tratando de agradar a Dios para ganar algo, sino porque ya fue favorecido de pura gracia. El creyente quiere vivir para agradar a Dios dependiendo de la misma gracia que lo salvó.

Pablo dice en primera de Corintios capítulo 15 verso 10, por gracia soy salvo, por la gracia de Dios soy lo que soy. Su gracia no ha sido en vano para conmigo, sino que ha estado operando en mí para que haga lo que hago. Podemos agradar a Dios porque él nos capacitó para hacerlo y puso en nosotros el deseo de hacerlo.

En Hebreos capítulo 13, los versos 20 y 21, Pablo expresa que Dios nos hace aptos en toda buena obra para que hagamos su voluntad. Dios obra en nosotros para que lo hagamos lo que es agradable delante de él. Dice Hebreos y sin fe es imposible agradar a Dios.

Las obras que hacemos en unión con Cristo, en dependencia de Cristo y por el poder de Cristo, no son trapos de inmundicia. Así que si eres un verdadero creyente, no sólo puedes, sino que debes vivir agradando a Dios. No vivas tu vida cristiana en automático, sino porque quieres agradar a Dios, hacer su voluntad.

¿Cómo Vivir para Agradar a Dios?

Agradar a Dios es algo que debemos anhelar con todo nuestro corazón, especialmente cuando sabemos que él nos amó lo suficiente como para dar su vida por nosotros. ¿Cómo podemos vivir de tal manera que Dios se sienta complacido con nosotros? Según Pablo, hay algunas cosas que agradan a Dios. ¿Cómo? Vivir una vida pura y sin moralidad.

Amar y cuidar a nuestros hermanos en la fe. Trabajar duro y ser responsable en lo que hacemos. Porque dice aquí, por lo demás hermanos, os rogamos, exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendiste de nosotros, como os conviene conduciros a agradar a Dios, así abundéis más y más, porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús.

Si vivimos de esta manera, podemos agradar a Dios y honrarlo en nuestra vida diaria. También menciona que debemos crecer en el conocimiento de Dios y llevar fruto en toda buena obra. Es decir, que nuestra vida debe ser fructífera y reflejar el carácter de Jesús.

Una Vida Fructífera y el Crecimiento Espiritual

A Dios le agrada ver a sus hijos creciendo en su conocimiento y pareciéndose cada vez más a Jesús. No sólo se trata de tener mucha información o conocimientos, sino de disfrutar de una mayor intimidad con Él. Así que debemos vivir de tal manera que agrademos a Dios en todo lo que hacemos, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Él.

Una vida fructífera, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos con todo poder para soportar las pruebas y perseverar en la fe, eso agrada a Dios. Cuando tú estás sufriendo y por obra del Espíritu Santo en ti, soportas la aflicción en el poder que viene de Dios y eso agrada a Dios. Una vida gozosa, agradecida, también agrada a Dios.

Ejemplos Prácticos de Cómo Agradar a Dios

Presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, restringir nuestra libertad cristiana por amor al hermano débil, servir a Cristo y vivir para edificar a otros, todo eso agrada a Dios. Incluso obedecer a nuestros padres en todo, siempre y cuando no sea pecado, eso también agrada a Dios. Y andar en comunión con Dios, como el que menciona en el libro de Génesis, uno que no vio la muerte, que seguramente conoce el nombre, Enoch, también agrada a Dios.

La Biblia nos enseña que cuando vivimos de manera que agradamos a Dios, Él se complace en nosotros y nos bendice. Así que debemos esforzarnos por vivir de manera que agrademos a Dios en todo lo que hacemos. ¿Qué agrada a Dios? No es leer la Biblia como un fariseo, sino tener comunión con Él a través de su palabra y la oración.

La Intencionalidad y Comunión con Dios

Dios quiere que vivamos intencionalmente para Él, dependiendo de Él. A Dios le agrada que los pastores, los siervos, prediquen fielmente su palabra, como dice en primera letra de Tesalonicenses, capítulo 2, verso 4. Pablo dice que su exhortación no procedió de error ni de impureza, sino que habla así como ha sido aprobado por Dios, para que Él se le confiara el Evangelio. A Dios también le agrada que compartamos lo nuestro con aquellos que tienen necesidad.

En Hebreos 13, 16 se dice que Dios se agrada de los sacrificios, de hacer el bien y de la ayuda mutua. Cada vez que confiemos a Dios y obedecemos, estamos agradando a Dios. No se trata de perfección, sino de vivir intencionalmente para Él, en dependencia de Él.

Dios es un Padre Amoroso

Dios es nuestro Padre en virtud de nuestra unión con Su Hijo Jesucristo. Él no es un Padre severo, que espera mucho y no excusa nada, sino un Padre amoroso, que se agrada de nuestras intenciones de agradarle. Gracias a la justicia perfecta de Cristo, nuestros intentos de agradar a Dios son aceptables para Él.

Como dice Pedro, y en su primera carta, ofrecemos a Dios sacrificios espirituales que son agradables a Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. No te preocupes por cantar bien o mal, porque tus sacrificios espirituales son aceptables delante de Dios por Jesucristo. Lo que importa es que vivas intencionalmente para agradarle a Él, sabiendo que la perfección de Jesús cubrirá todas sus imperfecciones.

El Crecimiento Constante en la Vida Cristiana

La meta suprema del cristiano es vivir para agradar a Dios, y esto es un proceso de constante crecimiento. La iglesia en Tesalónica era un ejemplo de esto, ya que habían abrazado el Evangelio con todo corazón, estaba creciendo en su fe. Pablo les exhorta a que abunden en su fe, a que crezcan más y más en su amor, en su piedad.

La vida cristiana es una vida constante crecimiento, porque la meta es llegar a ser igual a Jesús. Así que no te conformes con quedarte donde estás, sino que sigue adelante, creciendo pues en tu fe, en tu relación con Dios. Porque cuando vives para agradar a Dios, Él se complace en ti y te bendice.

La Carrera de la Vida Cristiana

La meta de parecernos a Jesús es algo que nunca alcanzaremos completamente en esta vida, pero es un objetivo que debemos perseguir con pasión y determinación. Pablo es un ejemplo de esto. Él dice que no ha alcanzado la perfección, pero sigue adelante, olvidando lo que queda atrás, extendiéndose hacia lo que está adelante.

La vida cristiana es como una carrera. Debemos correr de tal manera que obtengamos el premio. No se trata de ser un cristiano super espiritual, sino de vivir para agradar a Dios en todo lo que hacemos.

Pablo los exhorta a correr con determinación, como si fuéramos el único que va a llevarse el premio. No sabemos cuántos años tengamos de haber conocido al Señor, pero la meta suprema de nuestra vida debe ser agradar a Dios en todo lo que hacemos. Así que, mi hermano, mi hermana, corre con pasión y determinación hacia la meta de agradar a Dios.

Conclusión: Vivir para la Gloria de Dios

No te desanimes, no te rindes, porque la vida cristiana es un proceso de crecimiento y santificación. No vivimos para ganar el favor de Dios, sino porque ya hemos sido favorecidos gratuitamente por causa de Jesús. Alguien dijo, no trates de impresionar a Dios, ya que Cristo lo impresionó por ti.

Cuando nos convertimos a Cristo, nos dio la nota de Jesús en todas las materias. En el cielo tendremos amas en todas las materias, porque Dios nos puso la nota de Jesús, y a Jesús le puso la nuestra, y por eso murió en la cruz, descansando en la justicia perfecta que tenemos en Cristo. Podemos crecer en nuestra relación con el Señor, en nuestra capacidad de amar a otros, en nuestra vida de santidad.

Podemos parecernos cada vez más a Jesucristo, y esto es lo que más agrada a Dios. Así que hermano, olvídate de lo que quedó atrás en tu vida cristiana. Continúa extendiéndote hacia lo que tienes por delante.

No existe una vida más plena, más bienaventurada y satisfactoria que la vida de aquel que vive para agradar a Dios. Eso es lo que Pablo está diciéndole a la iglesia de Tesalónica, por lo demás hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, de la manera que aprendiste de nosotros, cómo os conviene conducirlos a agradar a Dios, así abundéis más y más. ¿Cómo podemos vivir de manera que agrademos a Dios? La respuesta es muy clara, debemos seguir las enseñanzas de Pablo y de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.

Esto implica vivir una vida santa, amarnos unos a otros y trabajar duro para el Señor. Dios nos ha llamado a vivir de manera que glorifiquemos y eso requiere que nos esforcemos por seguir sus enseñanzas y vivir de acuerdo con sus principios. Que podamos hacerlo con gozo y obediencia para la gloria de Dios.

Dios les bendiga.

Comparte con tus amigos