
45 Años de Fidelidad, Reflexión y Esperanza – Hebreos 10:23
Meditación bíblica sobre Hebreos 10:23 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Nuestra iglesia Berith celebra 45 años de ministerio. Lo hacemos con profunda gratitud y reverente reflexión, reconociendo la fidelidad de Dios en cada etapa de nuestra historia. Este aniversario no es solo una mirada al pasado, sino una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la misión que Él nos ha confiado.
Toda celebración significativa incluye memoria: recordamos a nuestros fundadores, los desafíos superados, los triunfos compartidos, y sobre todo, la gracia que nos ha sostenido. Pero también es momento de mirar hacia adelante, con esperanza firme y visión renovada.
Hoy queremos enfocar nuestra mirada en el futuro, guiados por una exhortación poderosa de Hebreos 10:23:
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”
Este llamado nos invita a aferrarnos con convicción a la confesión de nuestra esperanza. Pero surge una pregunta esencial: ¿Cuál es esa profesión? ¿Qué significa confesar nuestra esperanza en medio de pruebas, rutinas y desafíos?
La Confesión de Nuestra Esperanza
La fe es un don, pero también una gracia que implica lucha, perseverancia y claridad doctrinal. Para sostenernos en ella, debemos saber qué confesamos. Hebreos 10 nos presenta tres exhortaciones que brotan del acceso que Cristo nos ha dado al Padre mediante un nuevo y mejor pacto:
“Acerquémonos con corazón sincero… Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza… Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras…” (Hebreos 10:22–25)
La esperanza cristiana no es una ilusión. Está anclada en una persona: Jesucristo, el verdadero profeta, sacerdote y rey. Nuestra confesión es clara: «Vemos a Jesús como Señor, tanto en su persona como en su obra». Él es nuestra esperanza de salvación y perseverancia.
La Base de Nuestra Perseverancia
Según la Confesión de Fe de Westminster, la perseverancia de los creyentes no depende de su voluntad, sino del decreto inmutable de Dios, del mérito de Cristo, de la obra del Espíritu Santo y del pacto de gracia. Esta es la fuente de nuestra seguridad.
Aferrarse a la esperanza implica resistencia. Hebreos 3:14 lo reafirma:
“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.”
Perseverar es enfrentar oposición con firmeza, sostener la fe con esfuerzo y convicción.
Perseverancia en Comunidad
La vida cristiana no se vive en solitario. Como iglesia Berith, perseveramos juntos, como comunidad del pacto. Cada domingo nos congregamos para adorar, anticipando lo venidero. Dios fortalece nuestra esperanza a través de la predicación, la comunión y la exhortación mutua.
Somos cuerpo de Cristo, llamados a edificarnos unos a otros, a sostenernos en la fe y a caminar juntos en obediencia.
La Fidelidad de Dios: Nuestra Garantía
¿Cómo sabemos que perseveraremos? ¿Qué nos asegura que llegaremos a la glorificación? Hebreos 10:23 responde con claridad:
“Porque fiel es el que prometió.”
Nuestra esperanza descansa en la promesa de Dios, no en nuestras fuerzas. En un mundo donde las promesas se rompen, la belleza del evangelio está en que Dios mismo ha jurado cumplir lo que ha dicho (Hebreos 6:13–20).
Jesús es nuestra justicia, nuestra vida, nuestro intercesor. Perseveramos porque Dios nos preserva en Cristo, por medio de su Espíritu Santo.
Celebrar 45 años es reconocer que hemos llegado hasta aquí por la fidelidad de Dios. Pero también es afirmar que seguiremos adelante, aferrados a la confesión de nuestra esperanza: Jesucristo, el Señor.
¡A Él sea toda la gloria!