Sociedad Femenil Lidia – 19 agosto, 2020

Hermanas, seguimos estudiando acerca de la Biblia.
El tema: «Algunos manuscritos y versiones antiguas de la Biblia» del libro de Donald E. Demaray. LOGOI
El expositor : hno. Francisco Alonso

Himno «Santa Biblia para mí»
Audio del estudio a/c del A.I Francisco Alonso P.
ALGUNOS MANUSCRITOS Y VERSIONES ANTIGUAS DE LA BIBLIA

El Antiguo Testamento se escribió originalmente en hebreo, y el Nuevo testamento en griego. Sin embargo, aquí y allí hay pequeñas porciones bíblicas en arameo, idioma de Siria.

El arameo paulatinamente se convirtió, a partir del exilio, en la lengua popular de los judíos, y es posible que en días del Nuevo Testamento, probablemente fue la lengua que hablaba nuestro Señor Jesucristo y sus discípulos.

Esdras 4:8 hasta el capítulo 6:18 y capítulo 7: 12-26; Daniel 2: 4 hasta capítulo 7: 28; y Jeremías 10:11 se escribieron en arameo. En los evangelios escuchamos las palabras “talita cumi” (palabras que usó nuestro Señor Jesucristo, cuando resucitó a la hija de Jairo, que quiere decir: “niña levántate”) en Marcos 5:41; “efata” (palabra usada por nuestro Señor Jesús cuando sanó a un sordo) en Marcos 7:34; “Eloi, Eloi, lama sabactani” (que significa: Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado”) en Marcos 15:34.

En el Nuevo Testamento encontramos la palabra aramea “Acéldama” (que quiere decir: campo de sangre) en Hechos 1:19. En nuestras lenguas occidentales se escribe de izquierda a derecha, mientras que en hebreo se escribe de derecha a izquierda. En hebreo las vocales se pronunciaban, pero NO se escribían, y esto se extendió hasta el siglo VII después de Cristo. Los más antiguos manuscritos bíblicos en hebreo y griego no tienen ninguna puntuación, no hay separación entre las palabras, y todas son mayúsculas (caracteres unciales).

El griego del Nuevo testamento fue el idioma conocido como “Koiné” era el idioma común de aquel tiempo, usado por todos los pueblos helénicos tras la muerte de Alejandro Magno. Pero, especialmente en los 4 Evangelios, es un koiné influido por el arameo. ¿Por qué se escribió el Nuevo Testamento en el griego común? Porque en tiempos de nuestro Señor Jesucristo el griego Koiné, era el idioma internacional.

Alejandro de Macedonia, (Alejandro Magno) desempeñó un Importante trabajo. El, en el siglo IV antes de Cristo, conquistó gran parte del antiguo mundo civilizado, y dondequiera que iba esparcía el griego koiné. Es así que, desde la India hasta Roma, y en todas las riveras del Mar Mediterráneo, llegó a hablarse el griego común (vemos como Dios utiliza a los hombres para cumplir con sus propósitos.

Era natural que el Nuevo Testamento se escribiera en esta popular lengua internacional y no, en el arameo local. Lo que sucedió (que el Nuevo testamento fuera escrito en griego), destaca el hecho de que el Evangelio es para el mundo entero y no solamente para un pueblo selecto. Hasta 1947, el más antiguo manuscrito del Antiguo Testamento hebreo tenía fecha de finales del siglo IX después de Cristo.

Ahora se cuenta con ejemplares de textos hebreos precristianos. Los primeros rollos del Mar Muerto se descubrieron en 1947, en una cueva cerca de Qumram, al noroeste del Mar Muerto.

El primer descubrimiento incluía un rollo completo de Isaías en hebreo, uno de los más antiguos que se hayan descubierto, con fecha del segundo siglo antes de cristo. Éste, como muchos de los otros rollos del Mar Muerto, concuerda en forma admirable con el texto reconocido del Antiguo Testamento.

Después de los primeros descubrimientos, se exploraron sistemáticamente otras cuevas y se descubrieron materiales de cada libro del Antiguo Testamento, excepto el de Esther. Algunos rollos del Mar Muerto constituyen el más dramático descubrimiento relativo al Antiguo Testamento en lo que va del Siglo XX y del siglo XXI.

El término técnico que se da a las traducciones es “versión”. Hay versiones antiguas, medievales, y modernas. La Septuaginta, una traducción del Antiguo Testamento hebreo, es la más vieja de las antiguas versiones en griego. El Pentateuco (que son los primeros cinco libros del Antiguo Testamento) fue traducido del hebreo a la Septuaginta en griego) más o menos 250 años antes de Cristo. El resto del Antiguo Testamento, incluyendo los libros apócrifos (libros que no fueron incluidos en el canon por no ser considerados por la iglesia como de inspiración divina) es posible que se completó hasta fines del primer siglo antes de C.

Algunas partes del Antiguo Testamento están escritas en un buen griego koiné, otras en griego influido por semitismo. (griego influído por el siríaco emparentado con el arameo) Esta traducción, (La Septuaginta) fue fruto de la necesidad, ya que había muchos judíos de habla griega en el mundo antiguo. En efecto, el idioma internacional de la región mediterránea fue durante varios siglos el griego.

El nombre “Septuaginta” se abrevia mediante el símbolo romano LXX (setenta) porque, según la tradición, fueron unos setenta hebreos eruditos, los que tradujeron del hebreo al griego dando lugar a la traducción griega “Septuaginta”.

Por lo menos, parte de la Septuaginta se tradujo en la ciudad egipcia de Alejandría, o sus alrededores. Los títulos que hoy en día damos a los libros del Antiguo Testamento proceden en parte de la Septuaginta, y parcialmente también de la Vulgata.  

Los cristianos de la iglesia primitiva emplearon la Septuaginta y hasta la adaptaron, llegando con el tiempo, a colocarla junto con el Nuevo Testamento escrito en griego para constituir la Biblia griega completa.

Dámaso, obispo de Roma, encargó al gran erudito Jerónimo, En los siglos IV y V después de Cristo, la producción de un texto latino estable. Jerónimo hizo una traducción para la Biblia en latín, del texto hebreo, del latín antiguo, y del griego. Jerónimo realizó parte de su obra en Belén. (en el siglo II después de Cristo, el latín pasó a ser la lengua internacional, sustituyendo al griego).

El hecho de que Jerónimo trabajara su traducción latina basado en el texto hebreo es significativo, ya que, en su tiempo, era costumbre traducir del griego de la Septuaginta (que incluía los libros apócrifos) el texto bíblico. Por gracia de Dios, la Biblia evangélica desde el inicio, ha buscado apegarse al texto hebreo (Antiguo Testamento hebreo) más que al texto griego (Septuaginta).

De la versión Vulgata se han recibido términos teológicos tan Conocidos como “elección”, “justificación”, “santificación”, “salvación” y “regeneración”. La Vulgata incluye al Antiguo y Nuevo Testamento, y su nombre significa “común” (que quiere decir ordinario, común, general, que se ha extendido entre el pueblo común) La Vulgata, fue la Biblia de la Edad Media, aunque se le otorgó reconocimiento oficial hasta el Concilio de Trento en 1546.

Desdichadamente, la obra de Jerónimo fue adaptada a la Septuaginta, y no fue sino hasta el Renacimiento y la Reforma, que se dio seria atención al texto masorético (normal). ¿Quiénes eran los masoretas? Eran eruditos judíos que existieron desde antes de Jesucristo y que florecieron entre los años 500 y 1000 después de Cristo.

Sus esfuerzos por conservar el texto bíblico fueron extremadamente laboriosos y casi increíbles. Se valían de recursos como éstos: contaban cada letra de un libro, y determinaban la letra que ocupaba el sitio central; contaban cada palabra, y determinaban la palabra que ocupaba la posición central; anotaban el número de veces que una palabra o frase aparecía en la Biblia; los masoretas desechaban aquellos libros que contenían errores.

De este modo, es fácil comprender por qué las Escrituras nos han llegado perfectas, pero sobre todo y más importante, es, por el cuidado y guía del Espíritu Santo. Los masoretas conservaron tan perfectamente el Antiguo Testamento, que su obra nos ha llegado como texto patrón, y se le llama “texto masorético” conocido también por la abreviatura (TM).

Con respecto a la asombrosa exactitud del Nuevo Testamento, hay una afirmación formulada por dos grandes eruditos que trabajaron juntos por 28 años, Wescot,(clérigo y erudito inglés, profesor en Cambridge); y Hort (otro erudito irlandés también trabajó en Cambridge) ellos dos concluyeron : “Las palabras, en el Nuevo testamento, que en opinión nuestra, aún son dudosas, apenas constituyen una milésima parte del Nuevo Testamento.          

El versículo para memorizar: Josué 1:7 y 8

7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.


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