Abundancia

Después del Pentateuco (los libros de Moisés, los cinco primeros libros de la Biblia) no vemos enseñanza sobre el diezmo hasta el capítulo 31 de Crónicas. El pueblo de Israel guardaba esta práctica con cierta fidelidad por todo el tiempo de conquista y el tiempo de los Jueces. Digo cierta fidelidad porque no hay mención en la Biblia, pero se puede suponer que en tiempos de la baja espiritualidad que vemos en el tiempo de los Jueces la práctica del diezmo como una práctica de espiritualidad también tuvo sus épocas bajas, pero esta es una conjetura no comprobada.

Lo que sí sabemos es que, hacia el fin de la monarquía, varios siglos después de la muerte de David y poco tiempo antes del tiempo del exilio, el pueblo de Dios olvidó por completo la costumbre del diezmo.
Dejaron muchas otras prácticas de su espiritualidad porque habían olvidado el pacto. En los tiempos de Ezequías hubo reformas. No duró mucho tiempo, pero fue sincera de parte del rey Ezequías.

Restableció el culto en el templo y reorganizó el servicio de los sacerdotes y los levitas. Parte de esta restauración era la reiniciación de la práctica del diezmo. Fue por edicto del rey y el pueblo llevó sus diezmos al templo para sostener el servicio del templo (que sin duda era de gran bendición para todos).

Para sorpresa de todos, incluso el rey, la cantidad que llegó al templo era tanto que los Levitas hacían montones de las primicias. Había tanto que no sabían qué hacer con la abundancia. Tenían que preparar cámaras especiales (en lenguaje actual, bodegas) en la casa de Dios y tenían que nombrar a personas especiales para tomar cargo de su administración. Aunque el pueblo de Dios pronto olvidó su lección, aprendió por el momento que el diezmo promueve la abundancia.

Malaquías en su profecía, hace referencia a esto cuando reta al pueblo de Dios probar a Dios diezmando fielmente (Malaquías 3:10). Malaquías no habla de un nuevo experimento, sino hace referencia a lo que estaba desde antes en la memoria colectiva del pueblo, o por lo menos, de los que no habían olvidado de la Palabra de Dios. El sostén de las instituciones religiosas establecidas por Dios, por medio del diezmo, resulta en bendición para el pueblo de Dios, nosotros, los que sabemos de la Palabra de estas historias, no debemos descuidad su importancia para nuestras vidas.

GUÍA PARA REFLEXIONAR

  1. El pueblo de Dios se olvidó del diezmo y de otras prácticas porque se olvidaron del: _____________.
  2. ¿Cuál fue la sorpresa del rey Ezequías al pedir el diezmo del pueblo? _____________________________.
  3. ¿Cuál es el reto que expone al pueblo el profeta Malaquías? Lea Malaquías 3:10 _______________________________.
  4. ¿A qué nos invita esta lección? ¿Cómo podemos hacer para no olvidarnos de la importancia del diezmo en nuestras vidas?
  5. ¿Se ha usted olvidado de esa importancia? ¿Ha dejado esta práctica de espiritualidad?
  6. ¿Necesita de Cristo para ser transformado y entender la importancia del diezmo?

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