
Amor en Acción – 30 septiembre, 2020
Oración – Hna. Anita Peña
Lectura Salmo 111 – Blanca M. Pérez Estañol
'Quiero levantar mis manos' - Arturo de Santiago
Reflexión por Mary Vázquez de Ramírez
Miércoles 30 de septiembre de 2020
Finalizando Habacuc
Finalmente pronuncia una oración sublime ( o salmo de alabanza), en el que habla de la majestad y de la gloria de Jehová y declara su confianza firme en los planes divinos. 3:1-19
- Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot.
- Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.
- Dios vendrá de Teman, y el Santo desde el monte de Paran. Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza.
- Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, Y allí estaba escondido su poder.
- Delante de su rostro iba mortandad, Y a sus pies salían carbones encendidos.
- Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos.
- He visto las tiendas de cusan en aflicción; Las tiendas de la tierra de Madian temblaron .
- Te airaste , oh Jehová, contra los ríos? Contra los ríos te airaste? Fue tu ira contra el mar cuando montaste en tus caballos, Y en tus carros de victoria?
- Se descubrió enteramente tu arco; Los juramentos a las tribus fueron palabra segura. Hendiste la tierra con los ríos.
- Te vieron y tuvieron temor los montes; Pasó la inundación de las aguas; El abismo dio su voz, A lo alto alzó sus manos.
- El sol y la luna se pararon en su lugar; A la luz de tus saetas anduvieron, Y el resplandor de tu fulgente lanza.
- Con ira hollaste la tierra, Con furor trillaste las naciones.
- Saliste para socorrer a tu pueblo, Para socorrer a tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, Descubriendo el cimiento hasta la roca.
- Horadaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros, Que como tempestad acometieron para dispensarme, Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.
- Caminaste en el mar con tus caballos, Sobre la mole de las grandes aguas.
- Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.
- Aunque la higuera no florezca; Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales,
- Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
- Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.
