2021, un año para no apartar la mirada de Nuestro Señor

Ya es enero del 2021! , ya estamos en el primer domingo del año, ¡por fin el difícil 2020 quedó atrás!, parece como que al caer la última hoja del calendario todo cambia, todo se renueva y renace la esperanza.

Hoy,  se ve una luz al final del túnel, al  parecer  la pandemia al fin esta vencida, los gobiernos hablan de la efectividad de las distintas vacunas, y de su aplicación masiva como una medida frontal para combatir al terrible Covid19, pero a la vez se pide  no bajar la guardia,  continuar con las precauciones sanitarias es indispensable, y de pronto también llegan noticias de que el terrible virus que nos ha asolado por varios meses, ha sufrido una mutación y se pronostica la llegada una nueva variedad de la letal cepa.

Y así  casi sin sentir, paulatinamente, al transcurrir los días y las semanas el buen sabor que siempre nos acompaña en las fiestas decembrinas se irá disipando, las antiguas preocupaciones de salud, falta de trabajo, el tedio del confinamiento, y las malas noticias volverán a tener un lugar destacado en nuestro corazón.

Y ante este panorama ¿qué nos queda? La respuesta, viene a mi mente en el Salmo 121:1,2

¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová
Que hizo los cielos y la tierra

Y este  pensamiento se complementa con el pasaje de las escrituras de Mateo 14:22-33 cuando Jesús camina sobre las aguas y Pedro hace lo mismo,  y al dudar comienza a hundirse y es entonces cuando el Señor le dice:  ¿Por qué dudaste?

En la misma porción en el versículo 23 se menciona que Jesús antes de embarcarse se apartó para orar a solas, nosotros antes de “embarcarnos en un año nuevo” debemos preguntarnos ¿hemos perseverado en la oración, para encontrar la seguridad que Jesús nos ofrece?

En el 2021 estamos iniciando nuestro a caminar por una senda incierta, y al igual que Pedro  ¿hemos de dudar de la seguridad que Jesús nuestro Salvador nos brinda? , ¿hemos de hundirnos en el desánimo y el pesimismo? o bien debemos de caminar sobre las aguas de la incertidumbre, confiando en que Jesús nos guía con la seguridad de que Él es nuestro apoyo y nuestro Rey.

¡Ciñamos nuestros lomos, como lo hacían los antiguos!, ¡sometamos nuestras dudas y temores a la confianza que nos da el Salvador y mantengamos nuestra mente con los ojos fijos en Cristo y revistámonos de las armas del cristiano (Efesios 6:10-18) para que con la esperanza y la certeza que Él va con nosotros nada podrá derrotarnos!, Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:31-32)

                         ¡Él es Rey, y nada escapa a su control y voluntad!

Queridos hermanos antes de terminar estas líneas quiero agradecer en primer lugar a Dios por su fidelidad misericordia y bondad,  a todos los integrantes de Berith  como son los oficiales , a las diferentes organizaciones, su esfuerzo y trabajo, a los hermanos que gracias a la tecnología nos enlazan cada domingo y en las distintas actividades, su tiempo y conocimiento,  a los hermanos que con sus voces y cantos colaboran en los cultos, su buena disposición ,  a la congregación su constancia en la entrega de diezmos y ofrendas y a quienes se han mantenido en la vigilia de la oración, su fidelidad, todas y cada una de estas acciones  a pesar de la distancia física, nos han permitido el seguir unidos como hermanos, como congregación, como Iglesia.

Concluyo  reiterando que debemos ir siempre de la mano de Nuestro Señor, y así aguardar tiempos mejores, ¡Dios es fiel! “Adelante Iglesia Berith, y feliz año Nuevo”.

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