Vestíos como Elegidos
Meditación por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
CDMX, viernes 23 de abril de 2021
La vida de cada de uno de nosotros está influenciada por los valores dominantes de nuestra sociedad y los medios de comunicación resaltan a cada momento, aquellos que son importantes según los intereses de este mundo en que vivimos: la apariencia, el estilo de vida, los bienes y el dinero, es lo importante.
Nosotros los cristianos, no debemos de acostumbrados o amoldarnos a esta forma de vida, pero sucede que a veces pasamos desapercibidos. Sin embargo, la palabra de Dios nos dice que busquemos lo importante.
En Colosenses 3:1 y 2 leemos:
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Lo importante no son las cosas terrenales, porque estas cosas son pasajeras, debemos buscar las cosas de arriba, las cosas celestiales, seguir los pasos de Cristo y hacer la voluntad de Dios.
En los versículos 10 al 11 de nuestro pasaje en la carta a los Colosenses 3 leemos:
10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
Nos pide vestirnos no solo en el exterior sino también en lo interior, cambiar nuestra forma de pensar y de ver las cosas, nos pide que seamos mejores personas, debemos vivir en el nuevo hombre, en la nueva naturaleza, confiando en el poder del Espíritu Santo.
En el huerto de Edén cuando Dios creo al hombre dice la palabra de Dios en Génesis 1:27 que lo creo a imagen de Dios, ahora nosotros vemos a Adán como el viejo hombre que cayó de la gracia de Dios por el pecado y este hombre debe ser quitado, removido, desechado, con todas sus fallas y defectos y sustituido por un nuevo hombre a imagen de Jesús por medio del cual nosotros somos salvos por fe, renovando nuestras mentes constantemente hasta alcanzar la estatura del varón perfecto, donde no hay distinción de personas sino Cristo es el todo y en todos.
El Apóstol Pablo mencionó que no hay diferencia entre los cristianos, menciono las cosas que considero importantes en aquel tiempo, las diferencias eran religiosas circuncisos e incircuncisos, siervos y libres y también según el lugar de procedencia.
A los griegos los llamaríamos hoy paganos, por tener muchos dioses y costumbres licenciosas. Los escitas eran la peor clase de bárbaros, provenían de Escitia, una región situada al norte del Mar Negro y el Mar Caspio. Eran nómadas salvajes, eran malos, paganos, tenían ritos sangrientos y brutales.
Sin embargo, toda persona que recibe el llamado y tiene un nuevo nacimiento deja atrás su vida anterior y confiando plenamente en que Cristo es su salvador, viene a ser parte de la familia de Dios.
En Cristo habita la plenitud de Dios y es la cabeza de la iglesia. Los cristianos buscamos nutrirnos de esta plenitud a través del conocimiento de su palabra, en la que encontramos todo lo que necesitamos para nuestra vida cristiana siguiendo los pasos de nuestro señor Jesucristo,
En los versículos 12 y 13 de nuestro pasaje leemos:
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
El Apóstol Pablo nos invita a vestirnos con los elementos que deben estar presentes en nuestra vida, los elegidos de Dios están vestidos con la justicia de Cristo. Santos y amados; apartados para Dios, santificados en Cristo, mostrando el amor que Dios nos tiene en todo momento.
Las ropas que Pablo menciona en este versículo son en realidad, el fruto del Espíritu Santo.
Son cosas que nosotros por nuestra propia naturaleza no podemos producir en nuestras vidas.
Solo teniendo a Cristo en nuestro corazón podemos tener estos frutos en nuestra vida.
-La entrañable misericordia, implica el ser compasivo con los que nos rodean.
-La benignidad, implica ser bondadosos, pero al mismo tiempo, ser firmes y hacer el trabajo con severidad, comprometidos, significa que nos esforcemos para ser de ayuda y provecho a los demás.
- La humildad, implica no creernos superiores a los demás, ni sentirnos más de lo que en realidad somos al tener un puesto importante o al estar un lugar de privilegio. Para nosotros los cristianos el significado de tener la mente humilde implica tener en mente a Cristo,
En Filipenses 2 6-8 leemos que “… y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. - La mansedumbre, implica ser una persona que no es tímida ni débil, es una persona callada, pero tiene la fuerza y la confianza para ser amable con los demás, es disciplinada, afectiva y efectiva en los momentos difíciles de la vida y tiene firmes sus convicciones.
- La tolerancia, implica ser constante, resistente, soportando la adversidad sin rendirse.
- Sufriéndoos, implica soportar a aquellas personas que nos están molestando sin devolver el maltrato. En nuestra vida enfrentamos situaciones en las que debemos tener paciencia y auto control. El perdón que Dios nos concede a través de Cristo, se convierte en el modelo para el perdón que Dios espera que nosotros demos a las personas que nos ofenden y agravian.
En los versículos 14 al 15 de nuestro pasaje leemos:
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra que utilizo el Apóstol Pablo para amor fue ágape, solo tiene que ver con dar amor, preocupándose por las personas sin esperar recibir nada a cambio.
El que Dios quiere que tengamos amor por los demás, tiene que ver con que estemos atentos y nos preocupemos por el bienestar de las demás personas.
Podemos leer en Gálatas 5 :22 que el amor es el primer fruto del Espíritu y en 1ª Corintios 13:13 que es la más grande virtud cristiana.
También el Apóstol Pablo pide que vivamos en paz, que no haya rencor, contienda o violencia tanto entre los hermanos, así como con las demás personas; nos llama a vivir en armonía y tranquilidad unos con otros dentro de la iglesia y con todos los que nos rodean.
Agradeciendo primeramente a nuestro Dios por su providencia y sus ricas bendiciones y también seamos agradecidos con nuestros hermanos que nos ayudan.
En los versículos 16 y 17 de nuestro pasaje leemos:
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
El Apóstol Pablo nos pide a todos los cristianos no solo a los colosenses a dejar que la palabra de Cristo habite en nuestros corazones de manera constante y profunda, que se convierta en parte regular de nuestra vida diaria. Nos invita a estudiar la palabra de Dios y a animarnos unos a otros con cánticos espirituales.
Todo lo que hacemos nuestros planes y propósitos estén en las manos de Dios, que nuestro propósito sea hacer la voluntad de Dios.
En Colosenses 1:10 dice:
10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
Hermanos, estemos vestidos como elegidos, que toda nuestra vida, todo lo que hacemos a cada momento, nuestras palabras y nuestras obras concuerden con lo que es y lo que significa llevar el nombre de Cristo en todo momento.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles